En un bar del centro de la ciudad, bailaban cumbia, sin contar con autorización, y en Bernal Oeste, un pool, donde incautaron bebidas. Y en Ezpeleta, desbarataron una fiesta clandestina, y 30 litros de distintos productos alcohólicos.

A raíz de ruidos molestos e infraestructuras en malas condiciones, agentes fiscalizadores de la Municipalidad de Quilmes clausuraron dos bares, notificaron a otro y desalojaron a los presentes de una fiesta clandestina, en hechos ocurridos en el centro del distrito, Bernal Oeste y en Ezpeleta, motivo por el cual las autoridades secuestraron grandes cantidades de bebidas alcohólicas, como así también elementos para la preparación de tragos y demás.

Los operativos contaron con gran cantidad de uniformados y se dieron en medio de la lucha contra la clandestinidad y motivado por denuncias vecinales, derivadas de la disconformidad por la falta de tranquilidad en el barrio. Así las cosas, llegaron y sorprendieron a quienes estaban allí y procedieron a explicarles el motivo de su presencia. El ente municipal emitió un comunicado explicando qué ocurrió y dijo que todos estaban en falta. También entra en juego el área de bromatología y las inspecciones realizadas, ya que en estos sitios, además de alcohol, se vende comida.

En primera instancia, según informaron, se dirigieron a un bar del centro de Quilmes en el cual estaban bailando cumbia y no presentaban la autorización para hacerlo. Quiere decir que violaron las ordenanzas 12.553/16 y 5.405/85. Estas sugieren que no puede haber manifestaciones artísticas, como por ejemplo bandas en vivo o algún grupo tocando al paso, mucho menos personas de pie y bailando, más allá de que la convocatoria sea mínima o los espacios pequeños. La medida golpeó fuerte y le pusieron la faja de clausura.

Tras eso, los agentes que fiscalizaron se marcharon hacia otro lugar, esta vez en Bernal Oeste. Se trata de un pool que fue denunciado por los propios vecinos a causa de ruidos molestos que alteraron la tranquilidad del barrio. No es la primera vez que advierten por ello y es por dicho motivo que decidieron llamar al 911 para que se hagan cargo de la situación. Los uniformados policiales trabajaron en conjunto con los operarios municipales y clausuraron el local nocturno. Además, se llevaron bebidas alcohólicas, licuadoras, cocteleras y aparatos para preparar todo tipo de tragos.

En sintonía, en Ezpeleta también hubo movimiento y agentes de la Comisaría 6ta. se dirigieron a una fiesta clandestina y la desbarataron. Según informaron por el canal municipal, estaba armada en un negocio, con la persiana baja, en el cual en la parte trasera había una vivienda. La convocatoria era importante y la música estaba muy fuerte. Es por ello que ingresaron al lugar, desalojaron a todos los concurrentes y se llevaron botellas de alcohol que oscilaban en los 30 litros. Había champagne, fernet, vodka y muchos licores.

Si bien no hubo más clausuras, inspectores se apersonaron en un bar del centro quilmeño y notificaron al responsable por las malas condiciones en las que se encontraba. Deberá hacer modificaciones en la instalación eléctrica cuanto antes y le pusieron un plazo para que lo haga. De lo contrario, se verá obligado a pagar una multa y cerrar sus puertas.

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