El insólito hecho se registró en Solano. Tres sujetos quisieron llevarse los alimentos, pero quien los estaba preparando amenazó con golpearlos y evitó la sustracción.
En medio de un insólito intento de robo ocurrido en San Francisco Solano, delincuentes quisieron llevarse varios trozos de carne de la parrilla de un asador de manera sigilosa en un momento de distracción cuando estaba cocinando en la vereda para vender al paso, en tanto que este no lo dudó y se enfrentó con los sujetos, que sorprendidos ante su resistencia salieron corriendo y no pudieron ser atrapados, aunque tampoco se llevaron la mercadería a medio cocinar.
Se trata de un episodio tan absurdo como inusual que despertó las alarmas entre los vecinos solanenses. Estos empezaron a compartir el caso en grupos de redes sociales y canales de comunicación y pidieron a los gastronómicos que estén alerta respecto a los malvivientes. Es importante destacar que los damnificados no realizaron la denuncia policial ya que la situación se solucionó rápidamente y piden mayor presencia policial en la vía pública para evitar estos ilícitos.
Todo comenzó pasadas las 20.30 del miércoles en la intersección de las calles 864 y 899, cuando un parrillero estaba comenzando a cocinar distintos cortes para comercializar al paso en sandwich. El damnificado vive allí y saca un tambor a la vereda, pero no todo el tiempo está pendiente de lo que va sucediendo en los alrededores. Es por ello que en un momento de descuido, ocurrió algo totalmente impensado.
Tres malvivientes vieron que el dueño no estaba y se acercaron sigilosamente a la parrilla para ver qué había. Todavía la carne estaba a medio cocinar ya que la jornada recién iniciaba, pero sin dudarlo empezaron a agarrar todo lo que encontraron. Pero en medio del hurto, el parrillero los vio y los fue a increpar para que no pudieran salirse con la suya. Fue a golpearlos y evitó el robo.
Sorprendidos por la reacción y la valentía del sujeto, dejaron todo allí y emprendieron su fuga a pie y a toda velocidad por las calles aledañas. El momento fue angustiante y a pesar de los gritos de la víctima y de los vecinos, no pudieron hacer nada para atraparlos y culminaron por desaparecer del mapa. “Ya ni un asado tranquilo se puede hacer en la puerta de tu casa”, soltó un allegado al barrio.
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