Por una vieja disputa en la gestión del puerto, un buque con destino a Angola no puede salir del muelle desde 23 de mayo pasado y genera pérdidas millonarias para el municipio. Señalan como responsable al intendente Cecilio Salazar.
El puerto de San Pedro se encuentra inutilizable y genera pérdidas millonarias desde 18 días, cuando el barco de ultramar Yasa Tokyo quedó varado a metros del río Paraná como consecuencia de un mal trabajo de dragado, que le adjudican al intendente de la localidad, Cecilio Salazar.
El buque zarpó el 23 de mayo pasado, pero su recorrido duró tan sólo unos minutos, ya que, al llegar a la baliza número 2 del muelle cerealero, quedó atracado, sin poder continuar su rumbo. Como consecuencia, tuvo que regresar al puerto, donde se encuentra estacionado desde aquel día.
A raíz de esta situación, el dueño del barco, la compañía Blue Star Company, no puede entregar 33.000 toneladas de trigo -valuadas en unos 8 millones de dólares- en el puerto de Luanda, Angola. Esta demora y los costos que genera podría derivar en un conflicto judicial internacional con un enorme costo para los vecinos de San Pedro.
La inutilización del puerto también perjudica la recaudación municipal, que cobra tasas por la utilización del muelle. La imposibilidad de cobrar tasas municipales ya generó pérdidas por 90 millones de pesos desde el 23 de mayo, según cifras oficiales. Además, los productores de la zona no pueden exportar sus bienes.
Los usuarios del puerto -empresas y particulares denunciaron el manejo inapropiado por parte de la Municipalidad de San Pedro. Se estima que ese muelle tiene un gasto operativo de unos USD 100.000 por mes, sobre el cual el intendente no ha brindado el detalle de la asignación de esos recursos.
Además, se señala que el caso del barco japonés varado supera la capacidad de reacción del equipo del intendente Salazar y que cada día que pasa es un costo adicional que deberán pagar los vecinos de San Pedro.
En el último tiempo, indicaron distintas fuentes, empresas del sector privado que utilizan el puerto afrontaron el gasto de las obras de dragado, entre otras, que debían costearse a través del cobro de las tasas por el uso del barco.
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