Además de los refuerzos que entusiasmaron a los hinchas, el Celeste comenzó con una serie de obras que buscan mejorar su infraestructura.
A Temperley llegaron Fernando Brandán, Luciano Nieto, Javier Toledo, Claudio Pombo y Gastón Magallanes, en un frenesí de refuerzos que se firmaron tras la confirmación de Aníbal Biggeri como entrenador. Pero puertas adentro del Teatro de Turdera siguen sucediendo cosas que impactan en la vida del club: obras y reconocimientos están a la orden del día.
Más allá de las noticias del fútbol, que suelen monopolizar la atención del pueblo celeste, el Beranger y sus alrededores también comenzaron a moverse. Es que, más allá de la compleja situación económica que lo atraviesa, y apoyado en su espíritu "gasolero", comenzaron a moverse algunas cosas que parecían algo oxidadas.
En la primera semana post asunción de las nuevas autoridades, la flamante comisión directiva inició una serie de obras de mantenimiento y mejoras que fueron recibidas con felicidad por quienes caminan a diario los pasillos del club. Primero se realizaron tareas de fumigación debajo de la tribuna Mariano Biondi, y detrás de la vieja tribuna visitante. Era un pedido de parte de algunas de las actividades amateur y un grupo de hinchas que se dedica profesionalmente a esta tarea cedió su trabajo en beneficio del club.
También se iniciaron obras de reforma en los baños que están debajo de la platea, así como la renovación integral de los vestuarios locales, que se encuentra a mitad de ejecución y que será un salto de calidad para el plantel profesional. Todo con el aporte y trabajo de socios y socias que tomaron en sus manos algunas de los déficit que arrastraba el club. Además, el Microestadio Alejandro Palo Metz también puso manos a la obra con trabajos en el sistema eléctrico y tareas en su sistema de drenaje y acciones de embellecimiento.