La quilmeña aportó ocho tantos desde el punto del penal, algo elemental para una recuperación que derivó en la alegría del club vasco en la máxima categoría del handball.
La quilmeña Elke Karsten se despachó con 11 goles –ocho de ellos desde el punto del penal- en el triunfo por 25 a 21 de Bera Bera frente a Gran Canaria, en torno a otra fecha del calendario en la máxima categoría del handball en España.
La dama surgida de la Asociación Alemana de Quilmes fue la máxima artillera de su equipo y se estableció una diferencia que invita a ilusionarse con consolidarse en las alturas y luchar por el título en la competencia.
El trámite fue cambiante de principio a fin, con una clara modificación en el entretiempo. Es que durante el capítulo inicial fue el rival el que se erigió con un ritmo de juego de envergadura, brindando asociaciones para dejar sin respuestas al dueño de casa. Y por eso no extrañó que se aferrara a una distancia en el marcador que se certificó con un 15 a 11.
Para lograr ese tanteador el contrincante fue preciso en ataque pero, especialmente, sólido en defensa, evitando cualquier tipo de zozobra y dejando al anfitrión sólo con lanzamientos a distancia como única vía.
Sin embargo, el complemento trastocó todo, a partir de una mejora notable del combinado vasco y unas individualidades que crecieron en su desempeño a medida que pasaban los minutos. Entre ellas, la joven de la Selección Argentina fue trascendental, especialmente con la efectividad en los penales, algo que, dada la destreza de la defensa rival, posibilitó la levantada frente a cada remate.
Esas 8 conversiones por esa fórmula simple, sin dejarse amilanar por la arquera, concretaron una recuperación que se consolidó en el tramo final tanto con la propia Karsten como con sus compañeras.
De hecho, fue la propia exponente de la Garra la que completó el marcador con el último grito, cuando ya no había forma de revertir la tendencia y la alegría quedaba en casa.
Ahora la historia pasa por aprovechar el descanso, mejorar los errores que derivaron en un arranque esquivo en la presentación pasada y perfilarse para un calendario dinámico que ya tiene su final cerca.
Para Karsten se trata de un bloque de preparación que tiene otro objetivo, más allá de la lucha local, pues en el mediano plazo está el repechaje para los Juegos Olímpicos, la gran meta, para la que se necesitará su jerarquía en todos los rubros en pos de recalar en la cita ecuménica en París.