
Según la dietista Sammie Gill, varios alimentos habituales de la mañana contienen azúcar oculta, aditivos y procesados que alteran la salud intestinal.
Iniciar el día con algo rico y rápido es habitual en muchas casas argentinas, sobre todo cuando el tiempo apremia y las opciones industriales parecen resolver la mañana. La dietista Sammie Gill, en un artículo publicado en The telegraph. advierte que ciertos productos funcionan como desayunos impostores, ya que se presentan como nutritivos pero podrían generar malestar intestinal y una menor calidad alimentaria.
La especialista señala que estos alimentos suelen incluir altos niveles de azúcares añadidos, grasas saturadas y componentes de alimentos ultraprocesados difíciles de digerir. Por eso recomienda revisar etiquetas y optar por combinaciones simples que aporten fibra, proteínas y frutas enteras.
Entre los ejemplos más frecuentes aparecen los cereales de caja, que suelen destacar colores llamativos y promesas de energía pero contienen mucha azúcar y poca fibra, lo que altera la microbiota. Una opción más equilibrada es la avena sumada a frutas o semillas. Algo similar ocurre con los jugos de frutas, que concentran fructosa y pueden generar hinchazón si se toman en exceso. Gill sugiere priorizar jugos naturales o reemplazarlos por un té frutal
El clásico café con medialunas también figura en la lista debido a las grasas saturadas presentes en la pastelería. Según la dietista, conviene reservarlos para ocasiones puntuales y elegir alternativas con yogur natural y frutas. En el caso de la panceta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasifica como carne procesada y detalla que un consumo de 50 gramos diarios eleva el riesgo de cáncer colorrectal a lo largo de la vida. Como reemplazo, se proponen salchichas veganas o sumar tomate a los huevos
Los batidos ultraprocesados reducen la fibra natural y aumentan el azúcar por el método de mezcla. En cambio, un batido casero permite usar pulpa, semillas y piel. Los yogures de sabor contienen conservantes y colorantes, por lo que se recomienda yogur natural con frutos secos.
Lo mismo ocurre con las barras comerciales etiquetadas como saludables, que muchas veces incluyen saborizantes artificiales. Las barras caseras de avena con banana resultan una opción simple y económica