La actriz asumió el desafío de filmar una historia sobre la angustia. Además, escribió el guión y protagoniza la película. Dice que tardó seis años en plasmar su idea

Cómo hacer una película que hable del miedo cotidiano que tenemos todos sin caer en una película del terror o en una comedia ligera? Valeria Bertuccelli encontró una fórmula propia que le llevó seis años plasmar la descripción de algo tan abstracto como el miedo. La Reina del Miedo se estrenó el jueves con el protagónico, dirección y guión de la misma Bertuccelli.

Una película absolutamente personal que en más de dos décadas de carrera, Bertuccelli vuelve al cine independiente, lugar donde debutó, creció y siempre se vuelve al primer amor. La película está hecha para que ella la actúe. Su personaje, Robertina, una actriz que vuelve a las tablas después de un largo descanso con un unipersonal en el que pone en juego todos sus miedos en la actuación y en su vida personal: “No me basé en ningún personaje real para la interpretación. Es el resultado de muchas observaciones mías. Mi personaje tiene una especie de angustia existencial. No se siente bien en ningún lado. Por eso deja de hacer muchas cosas importantes”.

Bertuccelli plantea a una Robertina hiperkinética y sin saber bien cuál es su lugar: “Por ejemplo, abandona los ensayos de su obra para visitar a un amigo (Diego Velázquez), enfermo de cáncer que vive en Dinamarca. Pero, a la vez, siente culpa por dejar los ensayos. Deja a su amigo para cumplir con su trabajo. Corre como loca. Pero, así y todo, no está en ningún lado. Siente que no sirve lo que hace”.

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La actriz partió de la idea del miedo como dos caminos: “El miedo como motor. El que te puede paralizar o transformar. Todo lo que impulsa el miedo te puede paralizar, pero también te puede sacar fuerza que no sabés de dónde viene y te puede transformar en otra cosa cuando te animás a atravesarlo. Robertina es una mezcla de la observación de los miedos míos y de otras personas que te cuentan miles de anécdotas. Una de las más típicas es la de la madre que encierra, sin querer, a su hijo en el auto”.

En la película el personaje de Robertina “como cualquiera de nosotros busca la importancia de estar en el lugar correcto. Esto de sentir y decir que está bien que esté acá. Por ejemplo, que elija estar con un amigo o con quien sea porque en la vorágine que vivimos como sociedad lo más importante siempre lo dejamos para después. Siempre uno dice: ‘Cuando termine todo esto hago lo que tenga que hacer. Pareciera que las cosas más importantes son las que más pueden esperar. Te requiere todo el tiempo todo lo que es inmediato y lo que dejas para mañana son las cosas más placenteras o que valen la pena. Lo que pasa es que se está en todos lados a tanta velocidad y no estás en ninguno por eso aparece la angustia”.

Cuando se le pregunta si el miedo al que alude en el film tiene que ver con un modo de vivir actual, Bertuccelli no responde con tanta seguridad: “Yo creo que remite a un miedo ancestral o existencial. Me refiero al miedo a te pasen las cosas sin poder agarrarlas. Robertina intuye que hay una mejor manera de vivir”. Una de las escenas que rescata de la película es cuando Robertina va a una casa de depilación y la chica la depila (Mercedes Scápola) que cuenta una vida trágica: “Mi personaje se pregunta si se tiene que ir o quedar después de escuchar lo que escuchó. A eso me refiero, que escuchamos cosas terribles y te vas. Seguimos como si nada con nuestras vidas”.

La Reina del Miedo, trailer oficial

Pese a que Bertuccelli es muy reacia a dar notas, en esta ocasión cuando se trata de abordar los miedos se pone tan verborrágica como el personaje de Robertina: “Si un o ve con un poco de distancia lo que ocurre en la sociedad y somos bastantes desalmados como sociedad. Eso se percibe y la angustia viene porque nos preguntamos ¿qué solos estamos? Nos cuesta mucho construir relaciones”.

Robertina puede ser cualquiera de nosotros que queda atrapado en un callejón de miedos: “Y mi me parece fascinante es precisamente tropezar con su vida a lo largo del crudo sistema de opresión que da forma a nuestro mundo. Todos nosotros tratamos de hacer el bien, ¿pero sabemos lo que es bueno?”, se pregunta Bertuccelli como persona, actriz, guionista y directora.

TINELLI BERTUCELLI

TINELLI, EL PRODUCTOR INESPERADO

El encuentro con Marcelo Tinelli no es para nada casual. Los dos se conocen de vista desde hace tiempo. El año pasado fue una de las actrices invitadas por el conductor para la apertura de Showmatch. Tinelli, un productor y conductor que conoce el paño del gusto popular se metió de lleno en la producción de una película independiente.

Bertuccelli agrega que no puede resultar para “nada raro” con sólo recordar de sus producciones en ficciones como Okupas (Televisión Pública, 2000), Disputas (Telefé, 2001) y Tumberos (América, 2002) y rescata la firmeza de Tinelli en su apoyo a la película porque en los vaivenes de la producción nacional, con sus habituales demoras por falta de capitales: “Tinelli siempre estuvo presente y logró una muy buena química con los chicos de Rei Cine (los mismos productores de Zama, la película de Lucrecia Martel y elegida para competir este año por los Oscar por argentina)”.

La actriz cuenta que el momento que le hizo la oferta “fue en una cena y ahí hablamos mucho de cine y él me hace el comentario interesante de la película El Gusto de los Otros”, un drama con dirección de Agnés Jaoui que arranca el film estrenado en el año 2000 en Francia con la pregunta si existe el “buen gusto” o ¿quiénes son esos otros? Una coincidencia con Bertuccelli en los gustos por las películas y bien al estilo que suele cultivar la actriz y que lo acaba de plasmar en su primera película con La Reina del Miedo.

“No es la primera película que financia. Creo que lo hizo antes con el film Caballos Salvajes con Leo Sbaraglia (1995). Pero no se confundan porque no es una comedia habitual. En la charla que mantuvimos me animé a decirle que si le llegara a interesar que le alcanzaba mi guión de La Reina del Miedo sin asumir ningún compromiso”, se ríe de manera cómplice.

Estaba en el momento de la búsqueda de capitales para cumplir el sueño de la película propia. Ya se habían sumado Rei Cine y Patagonik y con Tinelli pudo cerrar el círculo presupuestario: “La película tuvo dos momentos, se tuvo que parar un tiempo porque se bajan productores y la verdad que cuando Tinelli se sumó jamás se bajó. En otro momento estuvo Lita Stantic”, referente del cine independiente.

En la devolución de Tinelli, Bertuccelli señala que “le gustó mucho la escena en el camarín de mi personaje de Robertina con Gabriel Goity, en la piel del productor del unipersonal, y en el que ella tras el debut con un notable éxito le dice que se baja de la producción”.

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