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En noviembre, la canasta de pobreza aumentó 3,7% y la de indigencia 4,2%, en ambos casos más que la inflación, según las mediciones del INDEC
Una familia de cuatro integrantes necesitó en noviembre por los menos $51.776 de ingresos para no caer en la pobreza y $21.573 para no revistar en la situación de indigencia, en el marco de un agravamiento de la situación socioeconómica en la que los gastos de los sectores más vulnerables aumentaron más que la inflación general, según los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
De acuerdo con el organismo oficial, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que mide el límite de la indigencia, tuvo el mes pasado un aumento del 4,2%, un punto porcentual más que la inflación, en tanto la Canasta Básica Total (CBT), que marca el tope de la pobreza e incluye algunos servicios esenciales, registró un incremento del 3,7%.
La diferencia respecto del nivel general del Índice de Precios al Consumidor se amplía si se toman en cuenta los datos de los últimos doce meses, en los que la canasta de pobreza tuvo una suba del 37,7% (1,9 punto porcentual más que la inflación) y la de indigencia 42,9% (7,1 puntos por arriba del nivel general de precios).
En el análisis de estos guarismos debe tenerse en cuenta que en la metodología del INDEC se parte del supuesto que tanto en los casos de pobreza como en los de indigencia las familias no tienen que hacerse cargo de gastos de alquiler de vivienda, que si se los computara elevaría en forma considerable las necesidades de ingresos.
Los aumentos de ambas canastas fueron inferiores a los que tuvieron en octubre, cuando los gastos de pobreza habían registrado un incremento del 5,7% y los de indigencia un 6,6%.
El mayor aumento porcentual en el caso de los indigentes revela el impacto del congelamiento de tarifas de servicios públicos (que no están incluidos en la CBA) , que son consumidos en su mayor parte por sectores medios.
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