Después de algunas semanas sin novedades sobre las causas en su contra por “abandono de personas” y distintas irregularidades halladas en su clínica de salud estética, el doctor Rubén Mühlberger volvió a estar en el ojo de la tormenta.
Su hermana, Daniela Mühlberger, quien está dispuesta a declarar como querellante en la investigación, estuvo como invitada en Intrusos y reveló detalles escalofriantes de su relación con el “médico de los famosos”.
Según Daniela, el disparador para que haya decidido actuar penalmente contra su hermano fue una discusión telefónica que mantuvieron el pasado domingo. “Fue el quiebre. Me sentí ahorcada emocionalmente. En un callejón sin salida. Sentí asco. Fue la primera vez que dije ‘basta’”, confesó.
Y agregó: “La semana pasada tuve al papá de mi hijo internado y estuve preocupada porque mi hijo tiene 15 años y estuvo solo. ¿Y sabés que me dijo? ‘Ojalá le tengas que poner el papagallo y la chata’”.
Acompañada por su abogado, Ignacio Trimarco, Daniela afirmó que tiene “actitud de mujer golpeada” y relató los maltratos que recibió de su hermano.
“¿Quién soy yo para él? Como me dijo el domingo: ‘Tengo que lidiar con vos, sos mi hermana impresentable, la conflictiva, la gorda’. Él no quiere a mi hijo. No lo quiere desde la concepción porque no quiere a su padre. Yo creo que no lo quiere porque es mi hijo. Lo odia”, afirmó.
Tras ese relato, Daniela narró un momento muy perturbador que vivió su hijo cuando se reencontró con su tío el pasado 12 de febrero.
“Hacía siete años que mi hijo no veía a su tío. Lo envié en un remis, no lo pude frenar porque se iba solo. No lo pude detener, lo quería ver. Él se da vuelta, lo miró y le dijo: 'no me digas tío, decime Rubén'. Se sienta en su escritorio y le dijo: 'hacete la pajita.., porque yo también me hago la pajita'. Mi hijo se puso rojo y le dijo que la conversación le resultaba incómoda. Ahí me desbordé y le dije de todo", relató.
Más allá de estas dolorosas cuestiones familiares, la mujer relató como el “médico de las estrellas” la manipuló para crear una “dependencia emocional y económica”. Daniela asegura que siempre trabajó “en negro” para su hermano, quien le pidió que dejara Luján, donde estaba viviendo con su familia, para sumarse a su equipo laboral.
“Yo volví porque él me dijo que quería que trabajara con él, me hizo una oferta para creer. Pero después me prohibió hacer estética porque ya había otra doctora”, indicó.