Diego Maradona debía estar a esta altura en Dubai. Su estadía en Argentina tenía fecha de vencimiento para la primera quincena de agosto. Pero el Diez pasó un mes y pico como nunca. Se divirtió, compartió asados con amigos y cuando estaba todo listo para emprender el viaje a los Emiratos tuvo un encuentro de esos que conmueven, que sin dudas sorprenden y que empezarán a escribir una nueva historia. O no.
Pero lo cierto es que Diego Armando Maradona tuvo un encuentro secreto nada más y nada menos que con Diego Junior. Sí, el hijo de Cristiana Sinagra que está en el país participando del Bailando, se encontró en secreto con el astro. No trascendieron detalles de lo que hablaron, lo único que se pudo saber es que fue un encuentro cordial y que sin dudas sirvió para empezar a cerrar algunas heridas. Junior había estado la semana pasada en el programa de Jorge Rial, en Intrusos, y había anticipado que sus nuevos abogados estaban en comunicación permanente con el entorno del astro para lograr un encuentro.
"Por ahora no se dio, pero yo no pierdo las esperanzas, tengo fe que en algún momento nos vamos a poder encontrar, yo no quiero que sea para reprocharnos nada, sino para que podamos mirarnos a la cara", decía en su momento Junior. Y ese sueño, esa pelea que dio durante años, ayer tuvo su capítulo final con un encuentro cara a cara, corazón a corazón y sin ningún tipo de intermediarios.
Maradona pasó por la tarde por la clínica del Mühlberger y en su cabeza daba vuelta la posibilidad de un encuentro. Diego Junior también sentía que se podía dar. A sus allegados les contó que tenía un presentimiento, él les dijo a sus abogados que estaba empezando a sentir que las negociaciones podían llegar a buen puerto. Tal vez esa lucha, ese deseo de poder cerrar un capítulo fue lo que le dio la chance del encuentro. Junior decidió hace un tiempo cambiar de asesores legales y fueron ellos los que diseñaron una estrategia diferente a la que venía haciendo el anterior abogado. La idea no fue hablar de dinero, tampoco exponer el vínculo de Junior con sus hermanos y mucho menos meter en el medio a las hijas de Diego.
La idea fue una sola: que se puedan encontrar. Ahora el destino, el tiempo y las circunstancias dirán como sigue la vida de ambos. Maradona está a punto de cumplir 56 años. Tiene una vida plena al lado de Rocío, está trabajando en los Emiratos y si situación económica es la mejor de los últimos 15 años. Un Maradona al que la vida lo llevó a lo más alto pero que también castigó duramente. Limpio, lúcido, alejado de aquel infierno de las drogas, el Diez comienza a caminar por otro camino. Con sus convicciones firmes como siempre, pero abriendo su corazón. Ayer no fue un día más. Los Diego se vieron cara a cara y ya nada será igual.
"Se vieron y se quedaron duros", dijo un testigo que vio como los nervios de las dos partes le ganaban a le emoción. El encuentro de los Diegos se dio en el country Santa María de Nordelta, barrio cerrado que fue el marco adecuado para evitar miradas intrusas, fotógrafos y demás.
En el diálogo entre Maradona y Junior hubo muchos nervios, no fue tan fluido pero sí se desarrolló en un clima tranquilo.Hace una semana en DIARIO POPULAR adelantamos de manera exclusiva el tratamiento facial al que se había sometido Diego Armando Maradona. Por recomendación de su amigo Beto Casella y con el OK de su novia, Rocío Oliva, Diego hizo una visita a la Clínica Mühlberger para saber los beneficios que podrían traerle a su rostro la medicina ortomolecular que el doctor Rubén Mühlberger practica y que hizo famosa Moria Casán.
Lo cierto es que Diego se animó a probar el tratamiento que ayer tuvo su sesión final y la más complicada de todas. El astro llegó pasada las cuatro de la tarde a la clínica de la calle Arenales acompañado de Rocío. Ingresó de muy buen humor y salió de la misma manera, aunque por las fotos que en exclusiva mostró DIARIO POPULAR se lo puede ver mucho más joven y relajado.
Eran apenas pasado unos minutos de las siete de la tarde cuando Diego abandonó la clínica. Con una venda que le daba vuelta por la cabeza y la pasaba por debajo del mentón, el Diez salió sonriendo y saludó a algunos fans que ocasionalmente fueron testigos de su cambio.
Maradona se hizo un retoque en la papada la cual la redujo considerablemente pero también se "refrescó" los pómulos que si bien ayer tenía hinchados producto del tratamiento, con el correr de las horas esa inflamación va a ceder y se podrán ver los resultados totales. Diego aprovechó cada minuto de los que pasó en Buenos Aires y cuando regrese a Dubai no solo se irá feliz, sino que además se llevará de recuerdo unos cuantos años menos en su rostro...