Próxima a estrenar en el teatro la pieza El Test y tras abrir su propia escuela de actuación, la polifacética actriz cree que la tira de Telefé en la que trabaja con Estevanez ayuda al debate social por sus temáticas.

Gratamente complacida con el resultado y la elección del público hacia la novela Golpe al Corazón que la convoca cada noche a las 22:15 por la pantalla de Telefé, Viviana Saccone, siente que con su personaje de Catalina recupera la esencia de la sencillez y se conecta con la niña inocente que supo ser en su pueblito natal: Jeppener.

Mujer audaz si las hay, entregada al sentimiento del amor, lejos del prejuicio que en sus inicios generó su noviazgo con un hombre 25 años menor, esta actriz, se muestra plena en su elección de vida y agradecida a la posibilidad de trabajar junto al clan Estevanez en el exitoso culebrón.

“Estamos muy contentos con el producto que estamos haciendo y las expectativas siempre fueron que funcione como funcionó. Creo que la historia tiene mucho gancho, hay muchas historias, además. La tira toca temas sociales y es una buena excusa para que se traten temas importantes y que se describan situaciones que ocurren en la calle permanentemente”, sostiene Saccone próxima a estrenar en el Multiteatro la pieza El Test.

“Catalina es una mujer que tiene algo que ver con el personaje de Miguel Ángel Rodríguez y vuelve después de muchísimos años para poder armar un pasado que quedó truncado por una mamá un poco autoritaria”, describe a Cata, el rol que le tocó en suerte en la trama que encabezan Sebastián Estevanez y Eleonora Wexler, donde recupera la frescura que el anterior personaje en Los ricos no piden permiso, el de la vil Laura Fardón, no se lo permitía. “Me gustó mucho que me llamaran para hacer un personaje como el de Catalina que es una mujer muy simple, muy tranquila que viene del interior a rearmar su vida después de hacer a una Laura Fardón, tan mala el año pasado”, comenta con ganas.

“Eso ya me sedujo de entrada y después, por supuesto, cuando fui conociendo todo, no sólo la historia de Catalina sino la historia en general de la novela para la que había sido convocada y el elenco, me gustó más. La verdad es que era muy beneficioso todo”, asegura Saccone con una amplia sonrisa mientras hace hincapié en sus raíces.

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“Por supuesto que tengo cosas de Catalina en mi niña de pueblo. Yo soy una niña de pueblo. Soy de Jeppener, un pueblito de 3000 habitantes muy chiquito de la provincia de Buenos Aires y me encanta tener mi niña siempre muy viva y muy presente. Entonces más allá de las máscaras que uno se pone habitualmente para jugar los distintos juegos que juega en la vida, recurrir a mi niña es un trabajo que a mí me entusiasma mucho. Me gusta mucho eso y este trabajo me da esa posibilidad. Con este personaje lo puedo hacer mucho porque además Catalina se fue a los 15 años de acá y cuando vuelve, vuelve a tener muy a flor de piel esa niña de 15 años. Yo me fui a los 18 y tengo esa experiencia de vida”, confiesa con gesto tierno. Muy consciente del momento que atraviesa la ficción y la escasez de oportunidades que presenta su gremio, Viviana Saccone, se siente sumamente bendecida de contar la posibilidad de expresarse en la profesión que eligió.

“Soy absolutamente una privilegiada. Ojalá algún día haya mucha más ficción. Esto es así. Siempre hay uno que se queja por un lado y por el otro. Nosotros necesitamos que haya ficción: vivimos de esto. Del otro lado también habrá gente que dice que es muy difícil hacer ficción hoy y que poner una lata es parte del negocio, que le conviene”, apunta esta artista que se acomoda a lo que los tiempos naturalmente imponen.

“Me van dando personajes de más años. En este caso tengo un personaje que tiene que ver exactamente con los años que tengo y hasta incluso con cierta experiencia de vida por más que no haya atravesado específicamente ciertas cosas. Estar en ese mundo y conectada con lo que pasa alrededor también es material para el actor”, sostiene esta intérprete con entusiasmo.

“Creo que los actores tenemos un potencial adentro de todo y vamos laburando con muchas facetas que el resto de los mortales no trabaja. Por ahí porque en una oficina serían unos neuróticos si empiezan a sacar esos personajes en sus trabajos. A nosotros nuestra profesión nos da esa posibilidad”, rescata. El suceso de Golpe al corazón y el contar con firmes posibilidades laborales no la exime de la preocupación por lo que sucede con la poca tolerancia de los tiempos televisivos en general, por los vaivenes inherentes al medio y las pocas apuestas.

“El rating empezó a mandar hace mucho rato y los tiempos hace mucho que son escuetos en la televisión. Yo prefiero una televisión en la que se haga buena ficción y en la que todos podamos tener trabajo. Antes había mucha más ficción”, señala Saccone teniendo bien en claro que no es sencillo sostener la tarea.

Los que se van y los que llegan a la tira

A partir del martes próximo Golpe al Corazón dará un giro de timón. Ingresan nuevos personajes. El de Fabián Vena que será el tercero en discordia en la pareja protagónica (Eleonora Wexler y Sebastián Estevanez), Barbie Vélez que hará un triángulo con el elenco joven: Mery Del Cerro y Vico D’Alessandro y el de Inés Palombo.

El de la hija de Nazarena Vélez, es una empleada que ingresa a trabajar en la clínica y resulta ser la hija de Mansilla (Ramiro Blas), el cirujano mandamás del nosocomio y quien fuera la pareja de Wexler y no asume su pérdida. La única hija reconocida es la que personifica Laura Laprida y con una relación conflictiva con su padre le aparece una hermana. Se trata de una mujer que tuvo Mansilla y que a los tres meses de su embarazo se marchó sin decir una palabra.

De la tira se fueron los personajes de Germán Kraus, quien era dueño de la clínica, Marcelo De Bellis, un camillero del sanatorio, y Natalia Lobo, esposa del personaje de Miguel Angel Rodríguez, médico de la clínica.

saccone

Maestra de actores que abrió su propia escuela

A poco de debutar con la pieza El Test, junto a Jorge Suárez, Carlos Belloso y María Zubiri, dirigida por Daniel Veronese, Viviana Saccone, consolida un proyecto que hace tiempo venía pergeñando: la de abrir su propia escuela de teatro y ocuparse ella misma de la formación de sus alumnos. “Abrí una escuela de teatro. Amo dar clases, me conecta con una parte de mi actriz como muy primogénita. Ya después de 30 años de profesión, el cuerpo hace cosas que no las piensa demasiado. Y ahora es empezar de nuevo a exteriorizar un montón de cosas que, a veces, en mi trabajo cuando yo las tengo que hacer no las pienso tanto”, asegura esta intérprete quién hasta hace un tiempo se lució en las tablas con Testosterona, la obra que con el nombre Doble o nada, hoy por hoy, encarnan Miguel Angel Solá y Paula Cancio (“Es maravillosa, de hecho, cuando nosotros la hacíamos acá ellos la estaban haciendo en España. Son grandes actores así que lo hacen muy bien”).

- Cómo generadora de una Escuela de teatro, ¿Qué te sucede cuando ves actores sin formación que, de golpe y porrazo, “la pegan” mediáticamente?

-Si es buen actor y puede transmitir, en la cancha se ven los pingos. Si tenés un título y a la hora de subir a un escenario no podés trasmitir, o no sos creíble o no tenés un trabajo comprometido, el título no es nada. Esta es una de esas profesiones que te permiten, por ahí, que alguien tenga un don natural. Sí creo que cuanto más te preparas mejor vas a ser y si tenés un don natural y te entrenas mejor vas a ser. Pero si tenés ese don y no estudiaste me parece que levantar el dedo para juzgar no va.

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