La Premier League cambia nuevamente de puntero: Arsenal derrotó 3-1 a Chelsea como local, en el cierre de la fecha 34, y llegó a 74 puntos, superando por dos unidades a Manchester City, que tiene dos partidos menos y el miércoles podrá volver a lo más alto.
Los Gunners se aprovecharon de un Chelsea (Enzo Fernández fue titular) muy debilitado y consiguieron un buen triunfo para recuperar confianza luego de una seguidilla complicada de empates que los bajó de la cima, pero sobre todo para meterle presión a los Citizens, que de todos modos tienen margen de error.
18 minutos tardó el Arsenal en ponerse en ventaja, en lo que pese al flojo presente de los Blues se previsualizaba un encuentro parejo. Pasado el primer cuarto de hora, los de Mikel Arteta triangularon hasta que, desde la izquierda, Granit Xhaka tiró un centro rasante que Martin Odegaard definió de zurda al gol.
A los 30', exactamente la misma fórmula para estirar el resultado: Xhaka dio el pase al medio y el noruego remató. Y dos minutos después, Ben White tiró un centro pasado y Gabriel Jesús, con rebote mediante, disparó a la red. Así, en una ráfaga Arsenal liquidaba el partido y sentenciaba la historia en apenas poco más de media hora disputada.
En el complemento, Chelsea logró descontar pero no sirvió más que para decorar el resultado: a los 20' del segundo tiempo, Mateo Kovacic habilitó a Madueke a las espaldas de la defensa roja y el defensor, con algo de fortuna, venció a Aaron Ramsdale.
Con los tres puntos, Arsenal volvió a sacarle dos de ventaja a Manchester City, a falta de cuatro fechas por disputarse. A los de Londres les queda Newcastle, Brighton, Nottingham Forest y Wolverhampton, mientras que los de Pep Guardiola mañana jugarán uno de sus dos partidos pendientes (ante West Ham por la fecha 28), y con un triunfo recuperarán la punta. Leeds, Everton, Chelsea y Brentford son los riales que le restan a los celestes, más el otro pendiente con Brighton, que se jugaría el miércoles 24 de mayo.
Por su parte, Chelsea se quedó en 39 puntos y se quedó matemáticamente sin chances de clasificar a ninguna competencia europea de cara a la próxima temporada, ni siquiera a la UEFA Conference League. Temporada para el olvido de los Blues, que gastó más de 600 millones de euros entre los dos mercados de pases.