
El Mellizo conoce el club. Y tres jugadores del actual plantel lo conocen a él: jugó con Carlos Tevez, con quien compartió dupla de ataque, Fernando Gago y Daniel Díaz, en distintos momentos de los diez años que estuvo en Boca. Allí, con la "7" en la espalda, ganó 16 títulos: 10 internacionales —entre ellas, dos Copa Libertadores— y 6 torneos locales.
La única experiencia de Guillermo en el fútbol argentino fue en Lanús. Tuvo su iniciación a mediados del 2012. Y quedó en la historia con la Copa Sudamericana que consiguió en 2013, con Diego González —uno que sonó para llegar a Boca en este mercado de pases— como principal figura. Perdió, sin embargo, la Recopa ante Atlético Mineiro y la Suruga Bank frente a Kashiwa Reysol. Dejó su cargo a finales del 2015.
En esos dos años y medio, el Mellizo mostró un fútbol ofensivo, explosivo, sin tanta tenencia, sino más bien con la verticalidad como premisa. La táctica fue innegociable, como los planteos estratégicos: 4-3-3, en todas las canchas, contra todos los rivales. Salvo pequeñas excepciones, nunca cambió su estilo de juego por adaptarse al contrario. Eso, en un Boca acéfalo de ideas, será bien recibido por los hinchas, que lo ovacionarán si llega a asumir.
Barros Schelotto llegaría con su hermano Gustavo como ayudante de campo y acompañados de Javier Valdecantos, como preparador físico.