En la última conferencia de prensa, a Jorge Sampaoli le preguntaron qué se jugaba en el partido contra Uruguay. La consulta, por el puesto del combinado argentino en las Eliminatorias, podía tener una respuesta sencilla: mucho, podía decir, y todos iban a quedar satisfechos. Pero para Sampaoli esta causa es una batalla personal, y por eso subió la apuesta: "Me juego todo", dijo.
Sampaoli siempre va a fondo. Es un tipo con las convicciones claras. Con las ideas firmes. No improvisa. Piensa con la cabeza fría y ejecuta con el corazón caliente. No toma decisiones para complacer a quienes lo rodean. Lo dejó en claro con la convocatoria para los compromisos contra Uruguay y Venezuela. En la primera lista oficial descartó a Gonzalo Higuaín y levantó el veto tácito que reinaba sobre Mauro Icardi. Al delantero de Juventus lo valora futbolísticamente, pero pretende reavivarle el fuego interior. Esa furia la encuentra en los ojos de Icardi. El 9 del Inter no solo se incorporó al grupo comandado por Lionel Messi, sino que será titular esta noche en Montevideo. En la misma conferencia donde ofreció su alma como parte de pago en caso de que Argentina caiga frente al batallón de Luis Suárez, Sampaoli elogió a Icardi: "Es todo lo que necesitamos", sentenció.
En su manifiesto como entrenador hay una regla innegociable: sus equipos deben atacar. Por eso se anima a poner una línea de tres defensores en el Centenario de Montevideo. Y se anima, también, a dejar a Javier Mascherano en el banco de suplentes. Sampaoli sabe que el fuerte de Uruguay proviene del juego aéreo. Y que jugar con el defensor del Barcelona en ese escenario es prepararle la cena a Diego Godín, a Luis Suárez, a Edinson Cavani, tres futbolistas con un tercer pie en la cabeza. Mascherano será suplente a pesar de la historia que arrastra en la Selección. Mascherano no estará, y estará Federico Fazio, uno de los nombres que consiguió crédito a partir del arribo del casildense. De la mitad de la cancha en adelante se reunirá un cuarteto inédito: Paulo Dybala y Ángel Di María intentarán asociarse con Icardi y Messi. De cómo funcione esa sociedad dependerá, en gran parte, el juego de Montevideo.
Sampaoli no esconde sus convicciones cuando le preguntan por la desaparición de Santiago Maldonado, ni cuando se hace un rato en su agenda para ir a visitar a Patricio Fontanet a la cárcel, ni cuando lo critican por reunirse con Mauricio Macri y envía un comunicado aclarando que se trató simplemente de "una reunión protocolar", ni cuando lo llamaron de un equipo desconocido de Perú y él, seguro de sí mismo, dejó a su familia, se despidió de sus amigos en el aeropuerto de Ezeiza y se fue a construir su historia como entrenador.
Ese hombre lleno de principios, esta noche empieza su recorrido personal: su historia al mando de la selección argentina.
comentar