El técnico argentino metió al seleccionado peruano en un Mundial después de 36 años de ausencia. La historia del hombre que consiguió lo que hasta entonces solamente José de San Martín había hecho en Perú.

Manu Chao le dedicó "La vida tómbola" a Diego Maradona. La canción no deja lugar a la libre interpretación: "Si yo fuera Maradona —imagina el cantante francés— viviría como él". La vida de Diego es una tómbola, pero la de Ricardo Gareca también. Es poética: una vuelta al mundo que lo tuvo arriba, que lo tuvo abajo, y que lo vuelve a poner en lo más alto. Anoche, con la victoria por 2-0 frente a Nueva Zelanda, logró lo mismo que José de San Martín consiguió en 1821: que este jueves, en Perú, sea un día no laborable. Que Perú —que celebra su independencia el 28 y 29 de julio— viva una fiesta patria en pleno noviembre. Todo porque bajo su dirección técnica el seleccionado clasificó al Mundial de Rusia. Reaparece en la competencia después de 36 años.

Gareca era una bestia negra para Perú. El oportunismo del entonces delantero privó al seleccionado peruano de asistir a México '86. Argentina y Perú jugaban en La Bombonera. Era 1985 y Argentina, con Diego Maradona en el campo de juego, estaba a diez minutos de quedarse sin Mundial. Daniel Passarella aterrizó una pelota con el pecho y lanzó un pelotazo cruzado que conectó Gareca debajo del arco. Empató el partido y aseguró la clasificación. Aunque Gareca evitó la catástrofe, Carlos Bilardo no lo convocó para integrar el plantel que se consagraría campeón del mundo.

Perú, desde aquella noche hasta ayer, jamás volvió a estar tan cerca de acceder a una Copa del Mundo.

Gareca gol a Perú

El Tigre fue a trabajar a Perú en 2007, casi 20 años después de aquella noche en La Boca. Asumió como entrenador de Universitario, uno de los equipos más populares del país. Y salió campeón: en 2008, se consagró en el Torneo Apertura. Gareca llevaba varios años trabajando como director técnico pero no había podido cosechar ningún éxito, más allá de un ascenso con Talleres de Córdoba. En Perú tuvo buenos y malos momentos. Una tarde de mayo lo asaltaron cuando salía de un banco: los ladrones lo marcaron, y le sacaron 7.000 dólares. En julio salió campeón cuatro fechas antes. En septiembre se fue: la hinchada se hartó de las derrotas y dejó el cargo. Todo fue veloz e intempestivo.

"El Perú es un país que me ha tratado muy bien. Uno no sabe si vuelve al lugar donde trabajó, pero si me toca regresar lo haré con el gusto de siempre", dijo a su salida.

Desde entonces, la carrera del Tigre se catapultó. Varios años de éxitos en Vélez lo posicionaron como uno de los técnicos argentinos más importantes. Lo contrató Palmeiras en 2014, pero todo fue un fiasco. Y en marzo de 2015, ávidos de hacer una revolución en el fútbol peruano, la Federación lo eligió para construir lo imposible: volver a poner al seleccionado en la mesa principal del fútbol.

Gareca asunción

"Es el desafío más importante de mi carrera", dijo el 2 de marzo, cuando se presentó en conferencia de prensa. Gareca se planteó recomponer la relación entre los jugadores, la prensa y el seleccionado. Varias figuras se sentían descuidadas. El periodismo los azotaba. "Acá todos tienen las puertas abiertas", dijo aquella tarde. Y marcó sus principios: "Hay que ponerse a trabajar. No soy de prometer. No puedo prometer absolutamente nada. Tengo las mismas intenciones del pueblo peruano. Pero es un trabajo en conjunto, más allá que yo sea la cabeza. En esto estamos comprometidos todos", aseguró.

Gareca arrancó con fuerza. Salió tercero en la Copa América de Chile en 2015. Un año más tarde eliminó a Brasil en la Copa América Centenario y cayó en cuartos de final contra Colombia. El arranque en las eliminatorias, en cambio, fue duro. Sumó cuatro puntos en las primeras siete fechas. La prensa y los hinchas pedían su cabeza: Perú se enfilaba a otra ausencia mundialista. Hasta que venció a Ecuador en Lima en la octava jornada. Y ahí, entonces, todo se disparó. Perú se disparó. Perú se transformó en otra cosa: un equipo que le ganó a Uruguay, que no perdió contra Argentina, que se impuso contra Ecuador en Quito y que cosechó un empate heroico contra Colombia en la última fecha. Un equipo que salió quinto y ganó la plaza para ir al repechaje.

El repechaje lo jugó con sabiduría. Y con un íntegro apoyo dirigencial: la Federación suspendió el campeonato local para que Gareca disponga de todos los futbolistas. Lo hizo. Empató en Nueva Zelanda. Y ganó de local: fue 2-0, con goles de Jefferson Farfán y Christian Ramos.

Perú clasificó al Mundial (14).JPG

Después del partido, confirmó que va a renovar su contrato para seguir transformando al seleccionado peruano. Y se acordó de Paolo Guerrero, suspendido por doping: "Quiero agradecer a todos los jugadores que formaron parte de este proceso. Hay algunos que no están ahora con nosotros, pero que aportaron en su momento. A ellos, al pueblo y también a Paolo Guerrero. Es nuestro capitán, es un ídolo, es alguien que sabemos el amor que le tiene al Perú y que los hinchas le tiene. Es para él y para todos", dijo.

La tómbola estuvo a su favor. Gareca saldará su deuda personal y jugará un Mundial por primera vez. Para los peruanos, es el segundo argentino más importante de la historia. El primero es San Martín.

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