Los vientos de los resultados que le hacen una curva inesperada a la historia y que se tejieron en la Champions con Liverpool y Totteham ilusionan a los hinchas de River para esta revancha ante Atlético Tucumán con un 0-3 abajo que debe dar vuelta en el Monumental. Además hay otros elementos de pasado reciente en las copas internacionales que alimentan la misma ganas de creer, en especial en la era Gallardo.
Los equipos de Marcelo Gallardo en estos años pasaron por momentos de terapia intensiva y no pocas veces el milagro de la resurrección apareció. Con cruces definitorios coperos y con situaciones muy adversas dentro de partidos de mucho peso específico.
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La primera que invitó a soñar fue la de Cruzeiro en 2015 con un 0-1 de local y un 3-0 terrible en Brasil para encaminar lo que luego sería el título de la Copa Libertadores. Incluso estaba latente el recuerdo que perdía 0-2 con Tigres en la fase de grupos y lo empató cuando estuvo a minutos de ser eliminado en esa etapa inicial.
Luego vino la de Wilsterman en 2017 tras perder 0-3 de visita en la Paz, con el peso de no haber anotado de visita, lo dio vuelta con un 8-0 inolvidable. La última fue la de Gremio en la semi de la copa del año pasado cuando además de perder en la ida, iba perdiendo en la revancha en Brasil y lo ganó al final con un penal del Pity.
Además nadie olvida que en la final contra Boca estuvo tres veces abajo en el marcador tanto en la Bombonera como en la final en Madrid. En otra final que pasó por el mismo susto de quedarse sin nada fue en la Copa Argentina ante Central cuando luego de ir ganando pasó a estar abajo a minutos del final y pudo hacer dos goles y dar la vuelta.
Todas esas situaciones que también tienen versiones anteriores en décadas pasadas donde pudo quedar eliminado en diferentes competiciones amigan la idea que el 0-3 ante los tucumanos puede ser también una nueva oportunidad de conseguir más rastros de hazaña para una historia que se sigue construyendo a fuerza de éxitos.