Seguramente a favor  del resultado final, Tevez comentó después del encuentro que "Boca hizo  un gran partido". Exageró el ídolo de Boca, quien amenazó en los  últimos días con retirarse del fútbol a fin de año cansado de no se sabe  qué tipo de cosas. Estos anuncios televisados siempre denuncian  oportunismo. O búsqueda de grandes adhesiones populares y mediáticas  para que siga jugando. 
  
 Tevez, autor de dos  goles (mal el arquero Monetti en las dos conquistas de Boca), en  realidad lo que buscó con esas declaraciones antes del cruce ante Lanús  fue victimizarse de cierto acoso y agresividad periodística que no es  tal. Incluso Tevez advirtió que la suspensión por 3 fechas a raíz de la  expulsión que sufrió frente a Belgrano tomó vigor a partir de la prédica  de la prensa. Un despropósito absoluto.
  
¿Qué le quedó a  Boca después de eliminar a Lanús en la ruleta insufrible de los penales? El pasaje a cuartos. Y un cheque cercano al millón de pesos. En el  plano del juego propiamente dicho, el balance no puede ser  satisfactorio. Salvo para los hinchas eufóricos con la chapa final. Pero  para el plantel y el cuerpo técnico que integran Guillermo y Gustavo  Barros Schelotto, no debería haber margen para tirar manteca al techo.
  
Lanús fue mejor que  Boca. Aunque Lanús venía muy debilitado después de su pobre arranque en  las 4 primeras fechas del campeonato. Pero mostró Lanús algo que Boca  hoy no tiene: funcionamiento. Con la pelota y sin la pelota. Para ir y  para volver. Para atacar y para defender. ¿Por qué no eliminó a Boca,  entonces? Porque le falta potencia ofensiva. Le falta llegada. Le falta  gol, en definitiva. El gol que hace un par de meses, por ejemplo, lo  corporizaba Sand.  
 
Pero si hablamos de  equipo, denunció en sus movimientos, aún sin la frescura que expresó en  el torneo anterior que  terminó conquistando con aquel 4-0 a San  Lorenzo en el estadio Monumental, que sus respuestas siguen siendo muy  valiosas. Respuestas que hacia algunos partidos no venía manifestando.  Como si hubiera perdido algo vital que lo distinguía. Sin embargo frente  a Boca, a pesar que no alcanzó una producción desequilibrante, logró  recuperar la idea que lo alumbró en la primera mitad de 2016. Este es,  precisamente, el saldo de Lanús.
  
¿Cuál es el saldo  de Boca? La sensación más potente es que Boca parece ser un equipo de  jugadas. No de juego colectivo. De jugadas. En el 4-1 reciente ante  Quilmes, cuando Benedetto se angelizó durante 20 minutos, convirtió 3  goles y habilitó de taco a Centurión para que convirtiera otro, esa  sensación quedó opacada por las luces erráticas del goleador.
 
Contra Quilmes el  héroe fue Benedetto. Frente a Lanús fue Tevez. Hablamos de  individualidades. Que las tiene Boca. Y en algunas oportunidades, las  aprovecha. Pero las individualidades no gozan de un respaldo colectivo  muy significativo. Por lo menos por el momento. Entonces Boca termina  jugando sin red. Depende de aciertos individuales. Hoy uno. Mañana otro.  Y pasado se verá. 
 
El rumbo del equipo  depende de esas circunstancias. O de esas inspiraciones siempre  determinantes que le van alivianando la carga y las urgencias. Esta vez,  aparecieron las puñaladas de Tevez para pegarle de afuera y sorprender a  Monetti y para ir en la siguiente al rebote en el área chica que regaló  el arquero, muy sensible al error partido tras partido. 
 
Corrió de atrás  Boca siempre. Y corrió sin tomar nunca la manija estratégica del  encuentro. ¿Por qué no lo hizo? Por lo que planteamos antes: todavía no  define un funcionamiento. Lo que lo rescata del naufragio es el gol  inminente que delatan sus delanteros. 
  Después, los penales pueden ser para cualquiera. Fueron para Boca. Que se quedó con todo. Menos con el juego.     
   
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