San Lorenzo derrotó a Central Córdoba pero no le sobró nada

El Ferroviario intentó revivir su pasada experiencia, cuando goleó como visitante al Ciclón, y fue superior al dueño de casa en varios tramos del encuentro. De hecho, el equipo de Coleoni tuvo más razones para quedarse con el triunfo, pero el local ligó en una de las pocas que generó y esta vez el Ferroviario dejó pasar el tren de la victoria.

La primera ocasión de peligro fue para la visita, cuando los protagonistas recién se acomodaban en la cancha y los santiagueños daban indicios de una leve preponderancia. Galeano salió ileso de una trifulca en la mitad de la cancha, se llevó la pelota y se la entregó a Milton Giménez que, de espaldas al área, dio un giro y sacó un derechazo que se estrelló en el palo derecho de Torrico.

Sin embargo, a los 20 minutos, el azulgrana se encontró con un regalo inesperado y anotó el único gol del partido. El cuero llegó llovido desde la derecha por un envío de Pittón. Luego, entre Fernández y el defensor visitante, la dejaron muerta en el área y allí estaba Alexis Sabella para ejecutar un remate seco que se coló en el rincón del palo diestro defendido por Andrés Mehring.

A partir de esa ventaja, San Lorenzo comenzó a tomar mayor confianza con la pelota, pero no dejó de sufrir los avances de Central Córdoba, que en el segundo tiempo sostuvo esa fisonomía ofensiva y engendró numerosas oportunidades para emparejar las condiciones.

El más interesante en la construcción de los ataques santiagueños fue Leonardo Sequeira, quien al cuarto de hora del complemento le cedió el gol a Galeano, pero el mediocampista quiso buscar en ángulo y la elevó demasiado.

El conjunto del Sapito atravesó la fase final del partido quedándose sin ideas. Su fastidio por no encontrar la fórmula para ser eficaz lo llevó a quedarse con diez por la expulsión de Vega en tiempo de descuento. Aunque durante la mayoría del desarrollo estuvo un escalón arriba del local. De todas maneras, no supo embocarla en el objetivo y se quedó sin nada, mientras que San Lorenzo se quedó con todo, casi sin merecerlo.

Fue un triunfo valioso para el Ciclón, porque lo impulsa a seguir por el sendero de la victoria en medio de un nuevo ciclo. Pero el juego evidenció que Montero deberá seguir trabajando para corregir las falencias que presentó su equipo, que lejos está de estar al nivel de un grande que aspira a ser, al menos, animador del torneo, su única razón para sobrevivir.