Envuelta en polémicas, la habilitación de mesas en bares y restaurantes sirvió para reactivar a uno de los sectores más golpeados por la pandemia de coronavirus.
Según informaron la Federación de Comercio e Industria (FECOBA) y el Movimiento “No más sillas al revés”, durante esta primera semana, la facturación promedio del sector gastronómico se elevó hasta un 45 por ciento.
Vale destacar que este jueves ante el uso de instalaciones al aire libre no permitidas, el Gobierno nacional aclaró que los establecimientos no pueden utilizar espacios interiores como jardines, terrazas u otros similares. Es decir, que deben limitarse a veredas, calzadas u otros sectores del espacio público.
En este sentido, el empresario Marcelo Salas, miembro del Consejo Asesor de FECOBA y vocero de #NoMasSillasAlReves, afirmó que las restricciones que rigen para operar incluso al aire libre afectaron a la facturación que durante los primeros días se proyectaba hasta “un 60 por ciento con relación a la semana pasada”.
Y agregó: “Lo que se logró en la Ciudad fue muy importante, con cumplimiento estricto de protocolos y marcado interés de los clientes”.
Pese a que las condiciones climáticas fueron mayormente desfavorables para la atención al aire libre, “el sector recibió un fuerte impulso, lo que ayuda a dinamizar la economía”, apuntó, por su lado, el titular de FECOBA, Fabián Castillo.
El 26 de agosto, el sector gastronómico impulsó #NoMásSillasAlRevés, una iniciativa que busca detener el pronunciado cierre de bares y restaurantes en todo el país.
A través de un video en el participaron varios referentes del área, como Roberto García Moritán, esposo de Pampita, los empresarios gastronómicos relataron las consecuencias de la crisis económica en su sector y reclamaron políticas que reactiven sus industria.
“Mientras el país pierde el 20% del trabajo, el sector pierde el 75% desde el comienzo de la pandemia. Cada día que pasa 90 locales gastronómicos se ven obligados a cerrar, sin poder afrontar sus compromisos”, aseguraban.
Dos días después a que se viralizara este pedido, Horacio Rodríguez Larreta avanzó para solucionar algunos de los reclamos de los gastronómicos y anunció que los locales iban a poder tener mesas en la calle a partir del 31 de agosto.
“Es un sector que viene con mucha angustia, y es uno de los pilares de la Ciudad. Por eso, además de esta noticia, la Legislatura aprobó una ley que los exime de ingresos brutos por seis meses”, destacó el Jefe de Gobierno porteño.
En la mañana del viernes, el secretario de Calidad en Salud de la Nación, Arnaldo Medina, manifestó su desacuerdo con la apertura de bares, a la que calificó como "una situación de riesgo muy importante" y, en contraste, se refirió a la realidad de los hospitales donde "los trabajadores de la salud están estresados y agotados".
"Son mesas chicas, se pierde distanciamiento social y cuando uno está bebiendo o comiendo no utiliza el barbijo, obviamente", aseguró. Además, remarcó que "lo que hay que ver acá es lo que simbólicamente se traslada de la apertura, he visto algunos comunicadores con una copa de vino en la mano y decían: `Por fin puedo estar aquí disfrutando de mi libertad`".
"Se presenta la apertura como un tema de privación de libertad, y repercute en el resto del país", señaló y sostuvo que "las aperturas se tienen que dar en un marco de mucha tranquilidad" por la elevada cantidad de diagnósticos diarios de Covid-19.
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