Cerca de 4.000 marineros a bordo de un portaaviones estadounidense en el que se han diagnosticado decenas de casos de coronavirus aguardan, al filo de la desesperación, autorización para desembarcar en Guam.
El capitán Brett Crozier expresó advertencias a sus superiores en un memo esta semana. Dijo que el buque enfrentaba un brote creciente de coronavirus y les pidió permiso para aislar al grueso de su tripulación en la costa, una medida extraordinaria que saca de operaciones un buque con el propósito de salvar vidas.
“La enfermedad se expande de forma continuada y rápida. Desembarcar a la mayoría del personal de un portaviones nuclear estadounidense desplegado, y aislarlos durante dos semanas, puede parecer una medida exagerada. Pero es un riesgo necesario. Mantener a más de 4.000 hombres y mujeres jóvenes a bordo del buque es un riesgo innecesario”, manifestó el oficial.
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Después de que el diario The San Francisco Chronicle hiciera pública la carta, el secretario de la Armada estadounidense, Thomas Modly, reveló que ha contactado con las autoridades de Guam para que admitan a los soldados
Modly, sin embargo, dejó claro que aunque miles desembarcarán, otros marineros permanecerán en el barco para continuar protegiéndolo y operando sus sistemas críticos.
“No podemos y no vamos a sacar a todos los marineros del barco”, les dijo el funcionario a los periodistas en el Pentágono. Dijo que las autoridades van a sacar del barco a todos los marineros posibles, asegurándose de que mantienen la seguridad. agregó que unos 1.000 marineros han desembarcado ya y que la cifra aumentara a 2.700 en los próximos días.