
El presidente de Ucrania sostuvo que un pacto solo es válido si detiene efectivamente la guerra y cuenta con garantías de seguridad. También reconoció dificultades en el frente de batalla y rechazó cualquier injerencia rusa en las elecciones ucranianas.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó este sábado que todavía no existe un acuerdo de paz con Rusia y advirtió que incluso podría no llegar a concretarse nunca si no cumple con una condición central: poner fin real a la guerra.
“Hoy no hay acuerdo. Existe cuando no solo está en el papel, sino cuando la guerra se ha detenido”, señaló durante una conferencia de prensa La Unión Europea postergó la firma del acuerdo con el Mercosur
Zelenski remarcó que un eventual entendimiento no puede ser evaluado únicamente como “bueno o malo”, sino en función de a quién beneficia y si garantiza una paz duradera. En ese marco, recordó el Memorándum de Budapest de 1994, mediante el cual Ucrania renunció a su arsenal nuclear a cambio del compromiso ruso de respetar su soberanía e integridad territorial. “Ese acuerdo no nos protegió. No fue sólido ni funcionó”, afirmó, al subrayar que “un acuerdo no es solo una firma”.
“El fin de la guerra es mejor que la guerra, pero no a cualquier precio”, sostuvo el mandatario, al advertir que Ucrania ya pagó un costo humano y material muy alto desde el inicio de la invasión rusa.
En ese sentido, insistió en la necesidad de una “paz justa y duradera” que no pueda ser vulnerada por una nueva decisión del presidente ruso, Vladímir Putin. “Necesitamos garantías de seguridad sólidas para descartar incluso la posibilidad física de un nuevo ataque”, enfatizó.
Las declaraciones se producen en un contexto de creciente presión militar. Durante una visita oficial a Polonia, Zelenski reconoció que la situación en el campo de batalla es cada vez más compleja. En particular, mencionó un reciente recorrido por Kupiansk, un punto estratégico en la región de Járkov, donde la línea del frente se encuentra muy próxima a la ciudad. A pesar de las dificultades, aseguró que las fuerzas ucranianas mantienen el control del lugar.
Las afirmaciones contrastan con la versión del Kremlin. El viernes, el presidente ruso aseguró que Kupiansk quedó bajo control de sus tropas “hace varias semanas” y sostuvo que unos 3.500 soldados ucranianos estaban rodeados en las inmediaciones. Kiev negó esos datos y reiteró que la ciudad sigue bajo dominio ucraniano.
Zelenski también reconoció problemas en la disponibilidad de ciertos tipos de municiones y misiles de defensa antiaérea, además de demoras en las entregas. No obstante, aclaró que no se trata de acusaciones contra los países aliados, sino de dificultades derivadas de múltiples factores logísticos y políticos.
En paralelo, el mandatario informó que Estados Unidos impulsó contactos para facilitar negociaciones directas entre Ucrania y Rusia, aunque aclaró que, por ahora, no hay avances concretos que permitan hablar de un acuerdo real.
En otro tramo de sus declaraciones, Zelenski rechazó de manera tajante cualquier intento de injerencia rusa en el proceso electoral ucraniano. “No le corresponde a Putin decidir cuándo ni en qué formato se celebrarán elecciones en Ucrania”, afirmó, al subrayar que esa decisión compete exclusivamente a los ciudadanos del país.
El presidente explicó que la realización de elecciones depende de dos factores centrales: la seguridad y el marco legal vigente. Señaló que es prioritario garantizar condiciones seguras, especialmente para que el personal militar pueda ejercer su derecho al voto. También destacó la posibilidad del voto en el exterior, aunque descartó comicios en territorios ocupados por Rusia.
Las declaraciones de Zelenski respondieron a dichos previos de Putin, quien aseguró estar dispuesto a garantizar la seguridad en caso de elecciones presidenciales en Ucrania, aunque descartó un cese total de las hostilidades. Para Kiev, esa postura confirma que, sin garantías reales, cualquier promesa de paz seguirá siendo, por ahora, solo palabras.