Un fiscal federal de Mar del Plata exigió enviar a juicio al pastor Isaías Nelson Hurtado y también a su pareja Patricia Padilla Coronado, líderes de una congregación religiosa que captaba a personas en estado de vulnerabilidad, se apoderaba de sus bienes y las sometía, laboral y sexualmente.
Nicolás Czizik, titular de la Fiscalía Federal 2 del Departamento Judicial de Mar del Plata, requirió la elevación a juicio oral y público de la investigación seguida contra Hurtado y su pareja Padilla Coronado, quienes están acusados por el delito de trata de personas con la finalidad de reducir a la servidumbre y explotar laboralmente a 37 personas.
Además, el pastor está acusado por tres casos de abuso sexual con acceso carnal, y uno en grado de tentativa, agravados por su carácter de ministro de culto.
De acuerdo a lo indicado por el portal Fiscales, “los imputados congregaban en un supuesto ministerio religioso y desapoderaban de sus bienes a las víctimas, quienes veían restringida tanto su libertad ambulatoria como su autodeterminación, dado que debían solicitar permiso hasta para comprar un medicamento o eran obligadas a quemar los libros que poseían”.
El fiscal indicó en su pedido que “al menos desde el año 2007 y hasta los allanamientos realizados en julio de 2016, Hurtado y Padilla captaron a las personas quienes se encontraban en situación de vulnerabilidad con el objetivo de ganar sus voluntades, explotarlas y acumular recursos económicos”.
Asimismo, planteó la necesidad de “avanzar en la instancia de juicio oral en el decomiso de los inmuebles, vehículos y dinero incautados, con la intención de garantizar la restitución de derechos de las víctimas”.
Hurtado y Padilla captaban a sus víctimas a través del Ministerio Apostólico Zion, que comenzó a funcionar en la vivienda que alquilaba el matrimonio en la calle Bernardo de Irigoyen al 4600, para luego ampliarse, ante el crecimiento del número de fieles, a lo que denominaron “El Templo”: una carpa de grandes dimensiones que los imputados montaron en el terreno contiguo a su casa, sobre la calle O’Higgins al 300, ambos en la ciudad de Mar del Plata.
Las víctimas que enfrentaban situaciones emocionales o familiares adversas o conflictivas, consumos problemáticos de alcohol, situaciones económicas apremiantes, enfermedades o pérdida de seres queridos llegaban hasta los imputados, convocados por los mensajes de fe que estos profesaban a través de distintos medios, entre ellos la Radio Zion 101.7 que podía escucharse a través de internet cuya programación “invitaba y entusiasmaba” al público a participar de las reuniones de la “Iglesia”.
Asimismo, también organizaban “congresos” y contaban con una página web, en la que publicaban los teléfonos de contacto, horarios de los encuentros y videos de las reuniones que se subían a YouTube.
El sitio contaba también con una solapa identificada como “Siembra” en la cual se observaban cuatro cuentas bancarias de Argentina, Chile, Venezuela y Estados Unidos, donde los “fieles” aportaban “ofrendas”.
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