Los 30 mil millones de dólares que solicitará el Gobierno al FMI se sumarán a la deuda que el país ya tiene y que, salvo excepciones, creció año a año. Un gráfico para entender qué porcentaje del PBI representa

Durante el mediodía del martes, el presidente Mauricio Macri anunció que una vez más la Argentina le pedirá ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional. El acuerdo que busca el Gobierno será por 30 mil millones de dólares. Ese préstamo, junto a las condiciones de pago, se sumará a la deuda que tiene el país y que, a lo largo de los años, evolucionó de manera dispar.

En los últimos 15 años, los números variaron de manera diversa en torno al PBI. El crecimiento de este índice en dólares ha llevado a que el porcentaje en torno al número de deuda haya variado.

A mediados de 2017, la deuda se ubicó en casi 294 mil millones de dólares mientras que el PBI rondaba los 572 mil millones. Es decir, la deuda significaba un 53,7% del número del Producto Bruto Interno. Para entender las diferencias con respecto a la última gran crisis (la de 2001), cuando la economía comenzó a mostrar una mejora los índices eran completamente diferentes a los actuales.

En 2004, tres años después del estallido social, los índices mostraban que la deuda significaba un 118,1% del Producto Bruto Interno. En ese momento, el PBI alcanzaba los 162 mil millones de dólares, mientras que la deuda se ubicaba sobre los 192 mil millones. Es decir, Argentina -si bien había mostrado un crecimiento que llegaba tras el impacto de 2001- todavía no tenía una capacidad de pago productiva para solventar los montos adeudados.

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Los índices marcaron que los porcentuales disminuyeron hasta llegar al punto más bajo de todos en 2011. Al 31 de diciembre del año en el que Cristina Kirchner ganó las elecciones, el porcentaje de la deuda con respecto al PBI era de 38,9%. Ese período fue la consecuencia de un leve crecimiento de la deuda, pero un aumento de significativo de la economía.

Los números empezaron a modificarse a partir de 2012. Los porcentuales comenzaron a incrementarse, pero no por una toma significativa sino por una reducción del PBI en dólares. Esto fue reflejo de que la economía argentina no logró crecer al mismo ritmo que en los años anteriores. De hecho, distintos informes mostraron que el país fue uno de los que menos creció en la región, ya que –hasta 2015- la expansión del PBI fue 0,5% aproximadamente. Incluso, en dólares, existió una disminución en este índice.

En los últimos dos años, los números variaron por la búsqueda que el Gobierno tomó para financiarse. Desde 2015 hasta fines de 2017 la deuda pasó de u$S 240.665 millones a u$S 315.600 millones. Es decir, casi u$S 70 mil millones de dólares más.

Sin embargo, una de las cosas para tener en cuenta es cuál es la composición de la deuda. A mediados de 2005, casi el 93% de los tomadores de deuda dependían del Sector Privado y de diferentes organismos internacionales. Diez años después, los bonistas privados tenían 42,7% mientras que el resto estaba en manos de distintas agencias públicas. Entre ellas, la ANSEs y el Banco Central.

A fines de 2017, según los informes del Ministerio de Hacienda, las agencias públicas tenían el 51% de la deuda mientras que el sector privado poseía el 39,6%.

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