El nuevo sistema, que es una marca registrada del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, permitirá ahorrar un 30% de tiempo a los 240 mil pasajeros que viajan en los 21 colectivos que transitan esa zona.

"Es la obra más importante del Conurbano”, se ufanó ayer el ministro de Transporte Guillermo Dietrich al confirmar que el Metrobus de La Matanza será inaugurado con toda la pompa por Mauricio Macri antes de finalizar abril. “Sólo falta pintarlo de amarillo”, bromeaba un alto funcionario esta semana: el sistema de carriles exclusivos, con paradas elevadas, refugios y luces LED es una de las marcas registradas del PRO en la Ciudad y ahora será replicado en el partido más populoso del GBA donde el oficialismo, con esta y otras obras de infraestructura, apuesta a mejorar sus chances con miras a las elecciones legislativas de octubre.

Se trata del Metrobus más largo y que a fines de mes, según las previsiones oficiales, permitirá a micros y combis comenzar a desandar sus 16 kilómetros. El trazado va de la ruta 3 entre la avenida Presidente Perón y la ruta 21 -donde se levantará un Centro de Transferencia- y también contempla una nueva infraestructura para el transporte público en las avenidas De Mayo y Rivadavia a lo largo de los recorridos que los colectivos hacen entre la ruta 3 y la estación Ramos Mejía.

En Transporte aseguran que el nuevo sistema permitirá ahorrar un 30% de tiempo a los pasajeros que circulen por las 21 líneas de colectivos de la zona y en un entorno urbano más confortable: iluminado, con 40 estaciones con asientos, cruces peatonales seguros y toda la parafernalia de la marca Metrobus, que también se extendería en Tres de Febrero y otros corredores del GBA.

Estiman que unos 240 mil pasajeros que diariamente esperan el colectivo a la intemperie serán beneficiados pero, además, el sistema tiende a ordenar el tránsito y mejora la seguridad vial.

Los vecinos que esperan a la vera de la ruta, cuando llueve entre barriales y en improvisadas paradas de colectivos ahora podrán utilizar un entorno iluminado, con techo, protección de semáforos y sendas peatonales e información de las líneas y lugares de referencia.

Los técnicos de Transporte afirman que la traza no llega hasta General Paz porque el último tramo de la ruta 3 se estrecha no permitiendo la demarcación de los carriles exclusivos.

Impacto político

Sin dudas, será una obra de infraestructura de gran impacto político: el gobierno nacional destinó $1800 millones para su construcción pero la intendenta Verónica Magario, que tenía un proyecto propio y terminó acordando el de inspiración macrista, intenta aprovechar el rédito político de la misma: ya se observa cartelería en la que se anuncia la obra con una gigantografía de su cara.

Magario irá a la inauguración que encabezarán el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal.

“Los equipos técnicos de ambas administraciones trabajaron muy bien y con el político hemos tenido idas y vueltas”, admitió ayer Dietrich. “Los equipos técnicos de ambas administraciones trabajaron muy bien y con el político hemos tenido idas y vueltas”, admitió ayer Dietrich.

El proyecto está finalizado en un 80% y sólo restan las pinturas horizontales que demarcan el recorrido de los micros y las sendas peatonales de alerta. Desde hace semanas técnicos vienen capacitando a unos 4 mil trabajadores, entre los que se cuentan choferes, delegados y jefes de tránsito municipales, que llevarán cabo sus tareas en la zona.

Es que la comuna tendrá a su cargo el mantenimiento del sistema y el despliegue de los agentes de tránsito que informarán a los conductores durante sobre las características del trazado.

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Distrito hostil

Al recorrer la obra, el titular de Transporte, que tuvo que escuchar algún insulto callejero, sostuvo que “no es un distrito amigo del gobierno pero esto también muestra un cambio de paradigma: hacer obras para todos. Algo impensado durante el gobierno anterior que encima ponía palos en la rueda a lo que veníamos haciendo en la Ciudad”.

La obra se complementa con el Centro de Trasbordo Integral. Estará emplazado en el cruce de ruta 3 y ruta 21 y viene a “organizar” un terraplén en donde los usuarios combinaban ‘de hecho’ los diferentes medios de transporte. Ahora con puentes carreteros y peatonales aéreos, se buscará la interconexión con pasajeros de trenes y combis y con la estación Independencia del Belgrano Sur.

Dietrich también hizo mención a la pavimentación y ensanche de diferentes calles y corredores del GBA que buscarán mejorar la calidad de vida de los vecinos y también mostrar gestión de Cambiemos en distritos que les son esquivos.

El funcionario aseguró que se pavimentan 280 km de calles de tierra y se ensanchan otros 80 en corredores en el Conurbano como Camino Rivadavia y Avenida Calchaquí.

Un alto funcionario consultado por este diario recordaba esta semana que, en esa misma sintonía, el gobierno avanza con las obras de agua y cloacas en el Gran Buenos Aires. La estatal AySA, puntualizaba, va a gastar este año mil millones de pesos en este proyecto que busca cumplir la promesa de Macri de dotar durante su gestión al 100% de viviendas de zonas urbanas del servicio de agua de red y a un 75% de ese universo, de cloacas.

“Pero no vamos a terminar todo durante este mandato”’, precisó pensando en una posible reelección del ex titular xeneize. “Seríamos marcianos si no pensáramos en una reelección”’, dijo, y advirtió que este año 120 mil hogares del Conurbano se van a beneficiar con agua y cloacas.

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