Luego de la renuncia del subsecretario Valentín Díaz Gilligan en medio de denuncias por haber omitido una cuenta en Andorra y de la multitudinaria marcha de Hugo Moyano, en el gobierno retomaron la iniciativa con un tema sensible al habilitar la discusión parlamentaria del aborto. Conscientes de la resistencia a la iniciativa de una Iglesia comandada por el Papa Francisco, defienden el derecho a que cada legislador tenga libertad de conciencia al decidir su voto. Mientras tanto, un obispo consultado admitió que la noticia despertó “pena” entre los prelados que se sorprendieron ante la decisión de un “gobierno que se maneja por estadísticas o por (las opiniones de Jaime) Duran Barba”.
Casualmente el lunes pasado se realizó frente al Congreso la marcha de los “pañuelos verdes” por parte de grupos feministas y del colectivo ‘Ni una Menos’ en la que pidieron a los legisladores la sanción de un proyecto que garantice en Argentina el aborto seguro, legal y gratuito. En la actualidad sólo está despenalizada la interrupción del embarazo en dos casos: en caso de violación de una menor o cuando sea el caso de una mujer “demente o idiota”.
La novedad se conoció ayer luego que el jueves se realizará la primera reunión de coordinación parlamentaria del oficialismo que encabezó el jefe de Gabinete, Marcos Peña y reunió a otros funcionarios nacionales y a los principales legisladores de Cambiemos de ambas cámaras.
Aunque Macri, al igual que Cristina Kirchner en su momento, declaró estar en contra de esa práctica, dio vía libre a que se debata en el Parlamento. “‘Cuando se autorizó el matrimonio igualitario en la Ciudad también hubo quejas y ahora lo vemos a Horacio (Rodríguez Larreta) participando en ceremonias de matrimonios gays”, apuntó un calificado vocero consultado.
En tanto, otro funcionario consultado rechazó que la difusión del tema apunte a lograr un golpe de efecto. ‘Viene a continuar una política del PRO que es dar debate con todo. Se puede dar un debate interesante, con especialistas, en el Congreso. Incluso dentro de nuestro espacio va a haber libertad de conciencia y sabemos que hay quienes están a favor y en contra”, explicó. En la semana el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo estar ‘a favor de la vida’.
Al ser consultado por las eventuales críticas que surjan del Episcopado, dijo ‘estamos a favor del debate. Hay países católicos donde se aprobó el aborto y no por eso dejaron de ser países católicos’. En Italia, por caso, es una práctica legalizada.
El senador Esteban Bullrich, de estrecho vínculo con Francisco y conocido por su pertenencia a un grupo católico, declaró el jueves a este diario que “me parece muy bien que se dé el debate”. Que se apruebe la norma parecería ser otro cantar. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, opina parecido: a favor del debate y en contra de la práctica.
El viernes en Casa Rosada negaron que ya exista “un poroteo” sobre la cantidad de votos a favor que tendría la iniciativa dentro del interbloque de Cambiemos de Diputados. En el Senado, no obstante, un proyecto de este tipo sería muy difícil de aprobar: muchos senadores responden a gobernadores de provincias del norte donde la Iglesia aún pisa fuerte.
En este marco, el obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey, titular de la comisión de salud del Episcopado y referente de Bioética de la UCA, se mostró sorprendido por la iniciativa y consideró que “el fondo del problema es autorizar una legislación que permita que se eliminen vidas de seres humanos”, remarcó.
Rechazó las estadísticas que dan las organizaciones de mujeres sobre la realización de 500 mil abortos clandestinos. ‘Es un absurdo: si se cuentan 700 mil nacimientos entonces no darían las cifras por la cantidad de mujeres en edad fértil’, apuntó.
Al ser consultado sobre cómo habían tomado la noticia Iglesia, Bochatey dijo que “nos da pena que como siempre hayan sacado este tema de la galera, incluso anuncian un tratamiento para el 8 de marzo cuando merecería un debate social mucho más profundo porque va en contra la cultura de nuestro pueblo”.
Por último, el ex titular de la cátedra de Bioética de la UCA enfatizó que “estamos ante un gobierno pragmático, que se maneja por estadísticas o por Duran Barba. Pero ni siquiera hay que analizarlo como un tema religioso sino filosófico, es un tema humano”. No descartó, en este sentido, que en caso que se aprobara esta ley algún particular se presentara en la justicia para tacharla de “inconstitucional” dado que con la reforma de 1994 tiene rango constitucional el Pacto de San José de Costa Rica que define la vida humana “desde el momento de la concepción”’.
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