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Con un gol de Henríquez al inicio y otro de Ibáñez al empezar el complemento, Huracán ganó 2-1 y amargó el estreno del público en el Madre de Ciudades.
Casi tres años tuvo que esperar Huracán para meter un triplete de festejos consecutivos en el fútbol argentino. Y lo consiguió con criterio, con fútbol, con carácter y con una notable superioridad. Pese a ser perjudicado por un gol mal anulado, el conjunto de Parque Patricios se impuso en el debut de los hinchas en el estadio Madre de Ciudades por 2-1 a través o de dos goles tempraneros que desconcertaron a Central Córdoba.
Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando el Globo comenzó a levantar vuelo. Fue desde las alturas. Valga la redundancia, porque Fabián Henríquez anticipó a todos en el primer palo después de un tiro de esquina que llegó desde la izquierda y anotó la ventaja parcial.
La primera alegría le duró poco al elenco de Frank Darío Kudelka. A los 13, el Ferroviario llegó al empate por intermedio de un cabezazo de Sebastián Ribas, quien terminó una buena elaboración del dueño de casa, basada en un centro exacto de Jonathan Bay para que el delantero uruguayo la impacte de frente en el área chica.
A los 32 minutos se produjo la jugada de la polémica: Merolla saltó a cabecear un tiro libre, metió el testazo y anotó el segundo. Sin embargo, el árbitro le cobró infracción sobre Andueza por un leve empujón desde la espalda con las dos manos hacia adelante.
No obstante, Huracán continuó con su preponderancia desde el juego. Se mantuvo como protagonista, aprovechó todas las facilidades que le servía Central Córdoba y fabricó llegadas claras antes del entretiempo. Lucas "Diosito" Vera fue clave para romper líneas, y Cabral erró un mano a mano en los minutos previos de ir al descanso.
El merecido segundo grito de Huracán aconteció ni bien se habían acomodado las formaciones en el campo cuando salieron de los vestuarios. Fue por un golazo que deleitó a propios y ajenos. El reloj marcaba dos minutos al momento en el que César Ibáñez se ganó todos los aplausos con su tremendo disparo desde afuera del área que le rompió el arco a César Rigamonti. El mediocampista trasladó, cargó la barra de potencia y sacudió las redes para el 2-1 final.
De esta manera, la batuta de Kudelka comenzó a enderezar el camino de sus dirigidos al cabo de la décimo quinta fecha de la Liga Profesional. Ahora, la realidad en Parque de los Patricios es otra: los resultados acompañan, el equipo es agresivo y el semblante cambió por completo. Mientras, el Ferroviario todavía no pudo poner en marcha su formación.