Los números en el plano futbolístico e institucional de Quilmes están en rojo. Es que, a la preocupación por haber concluido el semestre en zona de descenso, algo que obligará a levantar cabeza de forma veloz en 2019 para evitar un tropezón duro a la B Metropolitana, se le añade un conflicto por sueldos adeudados que tiene a los empleados bajo la órbita de UTEDyC en el centro de la escena y que amenaza con profundizarse en el corto plazo.
El panorama financiero del Cervecero es complicado, y la exposición más palpable está en lo que se le debe a los trabajadores del club, que resaltaron varias jornadas de protesta y que aguardan por una respuesta positiva para empezar a saldar esas cifras, pues ya van dos meses sin novedades, a lo que se suma el cierre del año, aguinaldo y bono incluidos.
El inconveniente se extiende y podría profundizarse tras la olla popular que se desarrolló en las últimas horas en la puerta de la sede de la entidad, pues se especula con una movilización de integrantes de la asociación, ya en su bloque nacional, hacia la región, para insistir con el reclamo, y darle un marco mayúsculo.
Desde la dirigencia se plantea abonar parte de la deuda, aunque, hasta el cierre de esta edición, las propuestas no apaciguaban el drama y por eso se aguarda por nuevos movimientos de ambas partes.
Quilmes está en rojo en todos los planos y el cierre de año lo encuentra bajo una sombra que genera incertidumbre total.
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