Una ráfaga en la parte final del primer tiempo que incluyó un gol de Nacho Fernández en posición adelantada y una aparición de Maidana clausuró rápido un partido que preciado complicado por los últimos tiempos que vivió River. La aparición de Borré fue el decorado para un 3 a 0 que era una obligación para los de Gallardo, pero que tras lo sucedido en los días anteriores bien pudo ser un dolor de cabeza.
River salió a jugar muy en ofensiva. Montiel y Auzqui armaron tándem por derecha y Casco con Pity por la izquerda. Gestionaban por adentro De la Cruz y Nacho Fernández y Scocco estaba para el cierre de las jugadas. Morón, sabiendo del poderío rival, amontonó jugadores con orden y apostó la historia a la contra y en especial a las pelotas paradas. El 4-4-2 dejaba al "Rengo" Díaz y Rossi de punta y la pelea en la zona media con Lillo y Méndez y con Fórmica y Ramírez en las bandas. Así los dos tuvieron su chance antes del cuarto de hora; primero River con un tiro libre de Nacho Fernández que pegó en la parte de afuera de la red y Morón con una del Rengo que obligó a Lux a tirar por tierra todo lo que se había dicho de él tapando una pelota terrible.
El primer tiempo se estaba deshaciendo entre las imposibilidades de River de doblegar la defensa de Morón y las pocas acciones del Gallo para molestar arriba, hasta que en una jugada polémica tras una acción por izquierda que Pity metió dentro del arco y que encontró a Scocco en clara posición adelantada y con Nacho Fernández casi en la misma situación. No hubo sanción y el volante cobró el gol. Un golpe letal para el Gallo, que distraído, enojado y perdido enseguida recibió el segundo. Fue tras una mala salida en que dejaron a De la Cruz solo y que el uruguayo solo necesitó meterle fuerte adentro para que la empuje alguno y lo hizo Maidana. El error del primer gol del línea tuvo el correlato de otro error pero del equipo del Oeste. Al descanso con un 2 a 0 que no estaba en los planes, por lo que había sucedido en la cancha.
Para el segundo tiempo Morón tuvo la necesidad de buscar el milagro saliendo del fondo y dejando muchos espacios, y sobre todo lo obligaba a correr detrás de la pelota. River entonces empezó a hacer uso de la paciencia y el control del balón. A los fines del espectáculo el juego no se hizo bueno y por lo contrario entró en zona de tedio porque uno no podía ni sabía y el otro se relajó y no aceleraba por la seguridad del resultado.
Al final, y luego de una jugada que protestaron penal sobre Akerman, se removió la bronca del Gallo, que recordó el gol mal cobrado en el primer tiempo. Ya no había equivalencias. La gran definición de Borré le puso mejor color al triunfo del equipo del Muñeco.
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