
Con un pelaje que parece teñido por la radiación, varios perros fueron vistos vagando en la zona de exclusión de Chernóbyl. Los expertos analizan si se trata de una mutación genética o de una reacción química.
Una serie de videos difundidos por la organización Dogs of Chernobyl generó sorpresa entre los habitantes de los pueblos cercanos a la central nuclear. En las imágenes, compartidas a mediados de octubre de 2025, se observa a varios perros con un llamativo tono azulado en su pelaje, caminando entre los restos de la ciudad abandonada.
“No sabemos qué está pasando”, señalaron desde el grupo en redes sociales, al contar que los animales no presentaban ese color la semana anterior. Por ahora, nadie puede explicar con certeza el origen de este fenómeno que parece salido de una película de ciencia ficción.
Los especialistas que trabajan en la zona intentan capturar a algunos ejemplares para determinar si el color se debe a una sustancia química, una mutación del ADN o a la exposición prolongada a los residuos radiactivos. Desde la organización remarcan que, a pesar del aspecto inusual, los perros “se ven activos y saludables”.
La hipótesis más fuerte apunta a que el tono azul podría estar relacionado con algún tipo de contaminante industrial, presente aún en los suelos y estructuras del área, que se habría adherido al pelaje.
Tras el accidente nuclear de 1986, miles de familias abandonaron sus hogares dejando atrás a sus mascotas. Con el tiempo, los descendientes de aquellos animales formaron poblaciones que se adaptaron al entorno radiactivo. Estudios realizados en 2023, publicados en la revista Canine Medicine and Genetics, ya habían detectado en ellos mutaciones genéticas únicas, distintas a las de cualquier población canina del mundo.
Aunque aún no se sabe si la radiación es la causa directa del cambio, los investigadores consideran que los perros de Chernóbyl podrían ofrecer pistas sobre cómo los seres vivos se adaptan a entornos extremos. Mientras tanto, el misterio de los “perros azules” sigue abierto y la comunidad científica continúa buscando respuestas.