Eduardo Horacio García, Obispo de la diócesis de San Justo, emitió un comunicado luego del crimen del kiosquero Roberto Sabo, que fue asesinado por una pareja de delincuentes el domingo en Ramos Mejía. “Ante la injusta y absurda muerte de Roberto”, se titula el texto del prelado.
“Roberto era un hombre de trabajo, con familia, hijos y ayer fue asesinado”, comienza el pésame que fue publicado en las redes sociales del Obispado de San Justo. “Vecino apreciado, comerciante respetado, papá querido, vecino amado”, agrega.
“El vecino de Ramos Mejía salió a la calle a decirlo porque Roberto sos vos, yo tu papá, tu hijo… Hoy pueblada en Ramos Mejía. La voz de la gente se hace escuchar. Abrazamos el dolor de la familia y de tantas que han perdido seres queridos víctimas de la violencia. Caminamos al ritmo de sus pasos que hoy arrastran lágrimas", se indica en el comunicado.
"Pero el dolor no nos ciega el entendimiento. Por eso pedimos una mirada atenta a quienes le corresponde cuidarnos para no seguir caminando con el miedo que paraliza la vida y la convivencia sana entre los matanceros", añade.
"Rezamos por Roberto, por su familia y amigos: que la paz encuentre lugar en sus corazones heridos y que atraviesen este tiempo de dolor inmenso con serena esperanza”, cierra el texto firmado por el obispo Eduardo Horacio García.
PROTESTA EN RAMOS MEJÍA
Por su parte, en medio de un gran clima de tensión, vecinos de Ramos Mejía se manifestaron este lunes en reclamo de justicia y seguridad en esa zona céntrica del oeste del Conurbano, donde una pareja de ladrones asesinó el domingo al kiosquero Roberto Sabo.
La convocatoria se realizó mediante redes sociales y entre los propios vecinos, con amplia difusión por parte de políticos opositores.
Las autoridades locales desplegaron vallas en las inmediaciones y un gran número de efectivos policiales se hicieron presentes, entre ellos refuerzos de otros distritos. Pese a ello, pasadas las 19:00 se produjeron algunos forcejeos con vecinos. Además, un grupo de personas derribó el vallado puesto para que los manifestantes no lleguen hasta la comisaría y los policías armaron un cordón con los escudos.
"Todo el mundo lo amaba y vino un hijo de puta y nos arruina la vida a todos. Desde que tengo uso de razón que acá no hay nada de seguridad y siempre viví en Ramos Mejía. Todo el tiempo pasan cosas y toda la vida le tuve miedo a la muerte y más que nada mi papá. Ayer me lo sacó un hijo de puta, me arruinó todo", indicó Tomás, uno de los hijos del kiosquero asesinado durante la protesta.
Además, agregó: "Quiero que pongan más seguridad. Después se quejan de que los pibes se quieren ir del país, pero no hacen nada para que se queden. Yo me quiero ir del país ya está. Si acá no me van a dar seguridad. Tengo mas futuro en cualquier país que no sea este".