Este martes por la tarde, en los Tribunales de Mar del Plata, se conocerá el veredicto del juicio, en el que un cuarto efectivo de la Policía Bonaerense podría ser condenado a prisión perpetua por el asesinato de la adolescente Natalia Melmann. En los alegatos, tanto la Fiscalía como la querella solicitaron que se aplique la pena máxima al ex sargento Ricardo Panadero, mientras que la defensa se pronunció por la absolución, argumentando que no está probada su participación en el caso, ocurrido en febrero de 2001 en la ciudad de Miramar y que generara una enorme conmoción a nivel nacional.
De acuerdo a lo establecido durante las audiencias del debate “quedaron probadas varias cuestiones y es evidente que existió un plan predeterminado de secuestro, violación y posterior femicidio de Natalia”, sostuvo la abogada Lisa Cabral, quien representó a Laura Calampucha y Gustavo Melmann (padres de la víctima) como particulares damnificadas. “Dos testigos presenciales situaron a Ricardo Panadero en la madrugada de los hechos en la zona de los boliches bailables de Miramar, otros declararon sobre familiaridad, las relaciones de amistad y complicidad con los otros tres policías ya condenados en el primer juicio. La prueba de ADN según los peritos alcanza a solo un 97 por ciento de compatibilidad debido al estado avanzado de descomposición del cuerpo”, manifestó la letrada.
Mientras se aguarda por el fallo del Tribunal Oral Criminal Nro. 4 de Mar del Plata se lanzó una convocatoria para que organizaciones sociales y familiares de otras víctimas de episodios de violencia institucional acompañen este martes, a partir de las 15, a los padres de Natalia Melmann en las puertas de la sala, donde se leerá la sentencia, en las calles Almirante Brown y Tucumán.
En la jornada de alegatos, celebrada el pasado viernes 22, la fiscal Ana María Caro consideró probada la culpabilidad de Panadero, quien afronta los cargos de “privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de dos o más personas y homicidio agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa” y en tal sentido, solicitó que se lo condene a prisión perpetua. Por su parte, al exponer ante los jueces Jorge Peralta, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro, la abogada Cabral coincidió con el pedido de pena, aunque le sumó el agravante de tratarse de un integrante de la fuerza de seguridad, al momento del caso.
En tanto, el letrado Lautaro Resús, quien defiende al ex policía, tal como lo había anunciado, planteó la absolución, al considerar que “no se demostró su participación en los hechos que se le imputan”. “Se han podido escuchar la mayoría de los testigos que queríamos y estamos esperanzados en obtener una sentencia justa y ajustada a derecho”, expresó, en declaraciones periodísticas, en las que amplió su postura de estar convencido que “la prueba que ha traído la parte acusadora no es suficiente, a los fines de lograr convicción para acreditar la comisión de un delito tan grave”.
Este juicio Melmann II se desarrolló 17 años después y en aquel primer debate, que tuvo lugar en septiembre de 2002, Ricardo Panadero quedó excluido, debido a que en una polémica determinación fue sobreseído antes de ser elevada la causa al proceso oral y público, en el que fueron condenados a prisión perpetua los también policías Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini. La apelación a esa absolución de primera instancia llegó hasta la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que lo revocó y decidió que el expediente, en el caso de este sargento que fuera exonerado de la fuerza, volviera a su condición original. Con las pruebas de ADN que lo comprometen seriamente, más otros elementos, se logró que Panadero sea juzgado y ahora quedó muy cerca de ser condenado.
Además, este juicio se dio, a pocos meses que se conociera que Anselmini, Echenique y Suárez fueron beneficiados con salidas transitorias, las que gozan cada 15 días y durante varias horas en la que visitan a sus familiares, en la misma ciudad de Miramar, en la que siguen residiendo los padres de Natalia Melmann. La adolescente, de entonces 15 años, desapareció el 4 de febrero de 2001 y su cadáver fue hallado cuatro días después en el vivero municipal, con signos de haber sido golpeada, violada y estrangulada.