Todas las miradas estarán depositadas hoy en la Provincia de Buenos Aires, ya que no sólo se trata del distrito que más cantidad de bancas reparte para el Congreso, sino que allí el gobierno deberá enfrentar a pesos pesados de la política nacional, como Cristina Kirchner y Sergio Massa, quienes buscan posicionarse para poner “límite” a Cambiemos.
El oficialismo se presentará a la contienda con el ex ministro de Educación Esteban Bullrich a la cabeza de la lista de precandidatos a senadores nacionales acompañado por Gladys González, tras una campaña que tuvo como principal referente a la gobernadora María Eugenia Vidal, la dirigente de mejor imagen de Cambiemos.
El objetivo del oficialismo es “ratificar el cambio” y darle un tiro de gracia al “pasado” kirchnerista, con la mira en plebiscitar la gestión y legitimar reformas estructurales que terminen de darle forma al programa económico. Después de jugar al misterio durante todo el primer semestre, Cristina Kirchner blanqueó su candidatura por un nuevo frente electoral, Unidad Ciudadana, que no prescinde del peronismo territorial pero lo vació de su liturgia y su arquitectura jurídica.
Alentada por encuestas favorables, que le otorgan unos puntos por encima de su tradicional voto duro del 30 por ciento, la ex jefa de Estado busca derrotar al oficialismo y consolidar así el mensaje de que “así no vamos bien”, tal como reza el eslogan de su cuidada campaña estética, en la que dosificó sus intervenciones y le dio protagonismo a las “víctimas” de las políticas de Cambiemos. Pero, otro desafío para Cristina Kirchner se asocia a la disputa por la hegemonía interna en el peronismo, donde Sergio Massa y Florencio Randazzo buscan arrebatarle el liderazgo, o al menos ponerlo en discusión para posicionarse de cara a las presidenciales de 2019.
Cristina Kirchner tendrá además dos boletas cortas de precandidatos a diputados nacionales que apoyan la fórmula que comparte con Jorge Taiana para la Cámara alta: son la lista Encuentro por Tierra, Techo y Trabajo de Luis D’Elía y el frente Vamos conformado por Patria Grande e Izquierda Popular.
El massismo, reconvertido ahora en el frente 1País a partir de la alianza con el GEN de Margarita Stolbizer, necesita ensanchar la “avenida del medio” de manera tal de romper con la polarización y así no quedarse fuera de carrera para el 2019.
La idea del tigrense es, por lo menos, conservar el 22 por ciento de los votos que obtuvo en territorio bonaerense en las últimas elecciones presidenciales, y si es posible subir unos escalones más que le permitan acceder a una banca en el Senado.
Fuera de la pelea por los primeros puestos, y luego de fracasar en su intento por medirse con Cristina Kirchner en las primarias con su espacio “Cumplir”, las expectativas del ex ministro Florencio Randazzo son más bien moderadas: deberá conformarse con mostrar volumen y estrenar perfil propio, desde un lugar equidistante del massismo y el kirchnerismo, en el marco de una apuesta más a mediano plazo.
El Frente de Izquierda (FIT) va con Néstor Pitrola como candidato a senador nacional, y con Nicolás del Caño encabezando la nómina de diputados nacionales, con muchas chances de ser electo.
Por debajo de estas ofertas electorales, las perspectivas de superar el piso del 1,5 por ciento que exige la ley electoral para llegar al turno electoral de octubre son inciertas.
Por el frente CREO, compiten Fernando “Pino” Solanas como candidato a senador y Pablo Micheli a diputado, mientras que en la misma franja de la centroizquierda el Frente Socialista y Popular postula al dirigente sindical Víctor De Gennaro como precandidato a senador y a la socialista Gabriela Troiano para renovar su banca en la Cámara baja.
El frente Izquierda al Frente dividirá seguramente los votos del FIT: va con la dirigente del MST Vilma Ripoll como candidata a senadora y Manuela Castañeira del Nuevo Mas para diputada. La grilla es completada por los frentes “Vamos Creando Ciudad Nueva” y el “Frente Unión Federal”.
En contraposición con el massismo, que arriesga todas sus bancas en Buenos Aires, el bloque que más chances tiene de engrosar su nómina de diputados es el PRO, ya que sólo renueva la banca de Soledad Martínez, de las diez que ostenta el macrismo por el distrito más grande del país.
A Cambiemos se le abre allí una oportunidad invaluable: de las 41 bancas que pone en juego, apenas 3 corresponden a Buenos Aires, con lo cual le bastará con hacer un discreto desempeño electoral para ampliar generosamente la bancada.
Esto es así porque en 2013 el PRO decidió no confrontar electoralmente con Massa, que era en ese momento el caballo de batalla de la oposición para frenar al kirchnerismo, por lo que acordaron colar algunos pocos candidatos del macrismo en la lista del Frente Renovador. En 2013 además, cuando la alianza Cambiemos estaba todavía lejos de hacerse realidad, la UCR había tenido una muy módica elección en Buenos Aires, obteniendo solamente bancas para Ricardo Alfonsín y Héctor “Cachi Gutiérrez”.
El kirchnerismo intentará mejorar la marca obtenida en 2013, cuando en la provincia perdió a manos de Massa y logró que ingresaran al Congreso sólo 12 diputados, de los cuales conserva 10, a los que ahora se les extingue el mandato y no reelegirán. Se trata de la “vieja guardia” del kirchnerismo parlamentario: el actual jefe de bloque, Héctor Recalde; Diana Conti, Juliana Di Tullio, Carlos “Cuto” Moreno, Carlos Kunkel, Teresa García, Luis Cicogna, Edgardo Depetri, Gustavo Arrieta y Dulce Granados.
También el FpV-PJ pondrá también en juego tres bancas por Entre Ríos (Carolina Gaillard, Jorge Barreto y Lautaro Gervasoni) y dos por la Ciudad de Buenos Aires (Liliana Mazure y Juan Cabandié, el único de La Cámpora que se le vence el cargo), entre otras.
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