Diego tiene una excelente relación con sus jugadores y mil historias para contar. Su capitán es, además, miembro de la Policía de Dubai. Cómo le enseñó a definir a "La Perla" y el regalo de un jugador al que ni lleva al banco...

Los jugadores aman a Diego Maradona: lo idolatran, lo veneran. En cada entrenamiento ellos sienten -y así lo dicen- que están ante una “leyenda del fútbol” por el que quieren dejar la vida para regalarle el tan ansiado ascenso a la Liga del Golfo. Diego se hace querer, los trata como a sus hijos, les enseña como si se tratase de chicos de inferiores que nunca patearon una pelota.

Ese ida y vuelta es tan sincero, tan profundo, que en una de las prácticas previas al partido con Al Urooba, el Diez recibió una sorpresa que lo conmovió. Mientras esperaba para bañarse después de un entrenamiento feroz, golpearon la puerta del vestuario del cuerpo técnico y, cuando un colaborador del DT abrió la puerta, del otro lado estaba Rashed Hassan, un delantero de 21 años que no había sido convocado en los últimos tres partidos.

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<p> Rashed Hassan, el generoso</p>

Rashed Hassan, el generoso

Con la timidez que significa ingresar en ese vestuario, el joven le regaló un reloj al "10". “¿Esto es para mí? ¿Por qué?”, preguntó un sorprendido Maradona. Mohamed, el traductor, le contó a Diego que el jugador se lo había comprado especialmente porque quería agradecerle el aprendizaje diario y el crecimiento en lo futbolístico que había tenido desde su llegada.

“Bueno, te agradezco de corazón, no era necesario. Ahora, si querés jugar, vas a tener que ir a comprar el otro, yo uso uno en cada muñeca”, le respondió el agasajado, entre risas. Rashed dio media vuelta, recorrió el largo pasillo hasta el vestuario de los jugadores y partió feliz. “Esto es lo que a uno lo llena de orgullo, esto es lo lindo del fútbol”, dice Diego, notablemente emocionado.

Ese vínculo con los jugadores lo logró en Holanda, donde estuvieron casi 20 días de pretemporada. Allí Maradona se encargó de conocer en la intimidad a cada uno de sus jugadores y, de paso, ponerles un apodo. Majid Rashid, "El Loco” para Diego, fue el primero que se sorprendió con el saludo. “Después del primer entrenamiento en Holanda me dijo: “Vos sos el Loco”. No sabía qué significaba, me quedé pensando y le fui a preguntar. Me dijo que me lo ponía por mi fuerza, por la manera de pelear cada pelota. Eso sí, me dijo que yo soy el loco pero no de los que comen vidrios”, le contó a POPULAR.

Para Rashid, el día a día es como estar en un cuento de hadas y no lo oculta. “Siento que estoy cumpliendo el sueño de todos, de cualquier jugador. Ser dirigido por una leyenda es un aprendizaje. Hablo mucho con Diego y me aconseja porque lo que quiero es poder cumplir con mi sueño, que es jugar fuera de los Emiratos. Desde el primer día que empecé a jugar soñé con eso y Diego me dio la confianza para lograrlo”, cuenta.

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<p> Mubarak Hassan, el jugador policía</p>

Mubarak Hassan, el jugador policía

La historia de Mubarak Hassan, “Mubba” para Diego, es sin dudas una de las más fuertes del grupo. Además de ser uno de los centrales del equipo y el capitán elegido por el propio Maradona, sabe y entiende que en los Emiratos no se vive del fútbol y por eso trabaja desde las siete de la mañana como Policía de Dubai.

“Trabajo en la Policía desde hace años. Me levanto todos los días a las seis de la mañana, entro a las siete y estoy ocho horas de servicio. De ahí me voy a mi casa y después, al entrenamiento”, cuenta el capitán. Su esfuerzo repercute en el rendimiento y, sobre todo, en lo que es el trabajo de Diego con el equipo. “Es muy duro, complicado, a veces llegás al entrenamiento después de estar muchas horas parado y sin dudas que eso puede afectar, sobre todo en las lesiones; por eso Diego nos arma un entrenamiento especial, con menos cargas”, dice Mubba.

Diego primero los somete a una sesión de masajes en una habitación que él mismo hizo acondicionar. No es para menos, las pantorrillas de Mubba y de un par de compañeros que trabajan con él a veces llegan acalambradas. Pero le quita dramatismo: “A mi me encanta tener trabajo. El fútbol son momentos, algunos años y el trabajo es lo que te permite mantener a tu familia. Sé que no es fácil en el fútbol poder adaptarse a trabajar con nosotros, por eso quiero dejar todo, aunque esté cansado, para darle una alegría a Diego y ascender”.

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Mohamed Khalfan, "La Perla" que busca amigarse con el gol

Mohamed Khalfan es a quien Diego tiene “alquilado”. “La Perla”, tal como lo bautizó, es un delantero picante, hábil, de mucho recorrido pero que cuando llega al arco se nubla. En los primeros partidos perdió goles increíbles y el equipo se privó de sumar puntos que ahora lo tendrían más tranquilo. Pero Diego trabajó con él y, en el último partido, contra Al Hamriyah, marcó el gol del triunfo en el minuto de descuento.

No fue un gol más, porque "La Perla" había errado uno igual en el primer tiempo por no eludir al arquero. “Diego me habla mucho, lo primero que me dijo es que no me desespere para definir. Yo erraba muchos goles, él siempre me dice que hay tiempo en el área, que tenga paciencia. En ese partido me agarró en el entretiempo y me explicó que, al momento de enfrentar al arquero, la tire larga porque ellos no llegan. Lo hice y, por suerte, fue gol”, dice.

Los equipos que logran cosas son aquellos que tienen unión entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. En Fujairah la química está dando buenos resultados…

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